Todos estamos convencidos acertadamente que emprender nuevas
actividades es una necesidad que hay que apoyar desde todos las instancias
posibles. ¿Pero hay que creerse todo tipo de emprendimiento? Algo es válido si
funciona y sirve para crear riqueza personal o colectiva. Y para ello hay que
estudiar con seriedad toda buena idea para buscar sus debilidades y
corregirlas. Veamos 16 preguntas sencillas, que debemos hacernos antes de
seguir analizando nuestra idea de negocio.
¿Qué quieres emprender, lo tienen bien
diseñado?
¿Cuánta competencia tiene tu idea?
¿Qué aporta tu nuevo servicio o producto?
¿Puedes comercializar tu idea con tus
conocimientos?
¿Cuánto debes invertir para poner en marcha tu
idea, tu empresa?
¿Qué porcentaje de esa inversión es tuyo y ya
lo tienes en el bolsillo?
¿Sabes a qué precio se debe vender tu nuevo
servicio?
¿Has analizado si es lógico este precio con la
competencia?
¿Has realizado un Plan de Empresa, un Plan de
Negocio, un simple DAFO?
¿Has intentado localizar clientes potenciales,
nichos de mercado, antes de continuar?
¿Has analizado bien el mercado al que te debes
dirigir?
¿Estás suficientemente formado para todas las
fases del negocio: producción, comercialización rentabilidad y organización
interna?
¿Estás convencido de que internet ayuda, pero
no es la herramienta panacea?
¿Has buscado a un amigo pesimista que analice
tu proyecto y te sea sincero?
¿Has asumido que hay que trabajar mucho y muy
duro para lograr éxito con las empresa?
¿Apoyarías con tu dinero esta misma idea, si te
la presentara un amigo como suya?