Son malos tiempos para mantener el empleo y todos debemos
intentar cuidar el trabajo, sobre todo si tenemos un puesto laboral dentro de
una empresa sobre la que suenan campañas de guerra. Hay que mantener nuestra
forma de vida, y sin perder la dignidad ni el respeto, debemos estar preparados
para todo tipo de eventualidades. Por eso la formación es fundamental y hay que
mimarla, sin que lo tengan que notar todos los que te rodean.
Debemos cambiar algunas formas de trabajar, para adaptarnos
mejor a estos tiempos de crisis, en los que los puestos de trabajo tienen un
precio muy superior al que nos creemos, dada su debilidad.
Debes mantener bien actualizado tu red de contactos
profesionales y de amistad, por si acaso tu actual situación laboral viene
complicada pues serán un buen lugar a donde acudir si tu actividad laboral se
complican.
No seas en estos momentos laborales de crisis,
excesivamente perfeccionista en sus trabajos, adáptate a lo que te pidan, a la
velocidad que se necesiten para rentabilizar la producción y haz caso a lo que
te indiquen los que gestionan, aunque no estés de acurdo con ello.
Trabaja más inteligentemente; no es necesario estar más
horas sino que se note que te tomas más interés, que produces más y mejor, que
no creas problemas nuevos.
Repasa tus últimos contactos con tus superiores en la
empresa y analiza cuales fueron positivos y cueles terminaron en conflicto.
Aprende a manejar estos contactos para no crear tensiones inútiles.
Los directivos de tu empresa puede que no te gusten,
pero son los que tienen el poder de decidir. No te enfrentes a ellos de manera
individual por asuntos banales, no merece la pena.
Y si hay que quejarse, hazlo con educación, ofrece
soluciones a tus opiniones contrarias, plantea cambios que supongan mejoras
para ti pero también para la empresa.
Y si todo falla, antes de que te despidan, si
empiezas a sospechar, si escuchas rumores, buscan un nuevo trabajo. Es mucho
más sencillo encontrar un trabajo si estás trabajando que si estás desempleado.