15.5.18

No queremos enterarnos de nada. Así somos más libres

Empezamos a no darnos cuenta de lo que nos sucede. Es otra fase muy simpática de la intervención mental, de la manipulación social. 

Ya no estamos cabreados, pues además de jodernos han aprendido a no producirnos excesivo dolor. Es una fase muy inteligente y a la que hay que aplaudir. 

La siguiente y en la que ya casi estamos, es agradecer el que nos vayan jodiendo.

España está en una situación de debilidad muy cercana a la que tenía en los años 70. 

No es respetada en Europa, tenemos unos políticos que están en su fase de caída sin retorno y sin recambio, una economía que tan solo se mueve afectada (casi siempre negativamente) por las coyunturas externas a nuestras decisiones, unos medios de comunicación más atentos a su viabilidad económica que a su trabajo de calidad, una justicia en entredicho, y unos problemas territoriales entre graves y muy graves.

Todavía no estamos en los años 30, pero nos acercamos. La diferencia entre los años 70 y los años 30 es que los políticos viejos y nuevos de cada época eran muy diferentes. 

En los años 30 se alentaba la violencia desde la mayoría de los bocachanclas que no sabían leer libros de historia. 

En los años 70 se sabía que el bebé era muy débil y que había que cuidarlo y no darle muchos meneos.

En estos años 10 y 20 del nuevo siglo XXI estamos en los 70, pero a veces demostrándonos que lo que queremos son los años 30. 

Las incapacidades son manifiestas, incluso hasta para dimitir o para facilitar los cambios. 

El duelo fratricida en Cataluña está tranquilamente metido en la dialéctica, y mientras no se salga de allí no irá a más. 

La dignidad laboral no existe y con ella hemos perdido el futuro de la generación joven que no puede emanciparse. 

Esto es grave pero no ahora sino dentro de dos décadas, cuando deberían ser adultos, con familias completas y una profesionalidad productiva a la altura de nuestros vecinos.

España no tiene quien le quiera, pues hasta los de las banderas en los balcones no saben pasar de allí, de colgar trapos en contra de los catalanes, pero no a favor de España. No necesitamos trapos comprados en los chinos, sino trabajo serio por la España del futuro.

Nota.: La viñeta es de El Roto, publicada en El País

7.5.18

Si todo se mueve y tú te quedas quieto, quedas un poco desplazado


Parece imposible que en estos tiempos de crisis social y de conceptos sociales en declive, no seamos capaces de emplear el razonamiento o el sentido común, como una herramienta lógica y muy sencilla. Nunca desde 1975 hemos tenido una situación tan delicada en España.

Hemos perdido peso en Europa, no tenemos dirigentes políticos válidos, no hay estabilidad política desde hace unos años, la izquierda está dividida en el mejor de los casos, la podredumbre y el caso junto a la corrupción de la derecha es lamentable, se han perdido respeto a valores que son la columna de cualquier sistema democrático como la justicia.

Cataluña es un caso especial pues no estamos sabiendo resolver el que es un problema social que se está pudriendo cada día. Alguien está jugando contra España y España no se está enterando, jugando a sacar banderas a los balcones y a ponerse en el lado del ninguneo.

El inmovilismo como sistema político es un grave error. Todo se mueve, europa se mueve, nuestra economía y nuestros derechos laborales. Mantenerse quieto desde la política, desde todas las ópticas es un grave error, pues demuestra una falta de inteligencia política que vamos a pagar en las próximas décadas.

Si todo se mueve y tú te quedas quieto, quedas desplazado.

2.5.18

Seguimos indignados. Pero domados y tranquilos

Este fin de semana miles y miles de españoles salimos a la calle para volver a pedir dignidad laboral en el 1 de Mayo. Pensiones lógicas, trabajo, reparto social, justicia económica. Y por la tarde recogimos las banderas y nos fuimos a ver el fútbol. Fin del día. ¿Para qué?

No creemos ya ni en nosotros mismos, sin duda no creemos en nuestras posibilidades, pero tampoco en nuestra capacidad para revertir lo más mínimo, no solos ni acompañados de todos. El desencanto de los años 80 es una mierda comparado con este.

Creemos en Dani Alves o en Messi. Pero no creemos ni en los sindicatos ni en los dirigentes políticos. Y no tenemos agallas para intentar asaltar el Palacio de Invierno.O de Primavera. El de Verano no, que hay que hacer vacaciones.

Si ahora los jóvenes osaran hacer otro 15M veríamos las inmensas diferencias, el cómo ha cambiado en estos años la capacidad de resiliencia del Estado, de las Leyes, del encarcelamiento preventivo. Nos íbamos a reír. Han pasado siete años y parece una eternidad. Somos mucho más viejos, incluso las leyes parecen mucho más viejas, como podo de 1970. Eso sí, con internet y móviles. Y en vez de grises hay azules. Algo sí ha cambiado desde ese año tan viejuno de 1970.