5.12.23

¿Quién falla más, cuando hay Fracaso Escolar?

Todos los niños quieren aprender y quieren además aprender mucho y muy rápido. Y es cuando les pretendemos enseñar aquello que a ellos no les interesa es cuando cejan de preguntar, de interesarse por aprender. 

El niño deja de aprender cuando no le sabemos enseñar. 

Y además cada niño tiene unas inquietudes distintas, unas velocidades diferentes, unas ganas por unos u otros temas que van cambiando incluso por minutos según edad.

Y si lo sabemos… ¿porqué nos empeñamos en enseñarles en el tiempo en que no toca, asuntos que no le interesan, y que seguro le interesarán en otro momento de su vida?

¿Es correcta la planificación de materias que hacemos los padres y el sistema educativo con los hijos y los niños? 

¿Deben aprender a leer, escribir, contar cuando los adultos queramos y hayamos indicado en una hoja de trabajo o cuando ellos sientan que les apetece y les interesa?

No es verdad eso que a veces se dice de que si les dejamos sin presionar, no desearían nunca aprender nada. 

No es verdad que si no les planificamos, nunca tendrían momento para aprender a leer, a escribir o dibujar. Es falso pues su curiosidad innata es tremenda. 

Pero sobre todo, y aceptando que los adultos sabemos planificar bien… ¿por qué nos equivocamos y va en aumento el Fracaso Escolar?

¿Quién falla cuando hay Fracaso Escolar: el alumno, los profesores, los padres o el Sistema de Enseñanza? 

Sólo sabiendo qué falla, sabremos encontrar la solución, rectificando.

1.12.23

Explicación del profesor de Arquitectura, Alberto Campo Baeza

El arquitecto vallisoletano Alberto Campo Baeza nos da algunas pinceladas de la formación actual en las universidades, con una interesante reflexión de la que hay que tomar buena nota. Habla desde su experiencia, pero mucho nos tememos que estos detalles son válidos para muchos espacios educativos.
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Los profesores de las facultades de todo el mundo emplean un lenguaje común. Nos quejamos en la Universidad de España pero en la de Columbia en NY encuentras los mismos defectos y bondades. Falta una estructura docente más profunda. 

Bolonia iguala pero por abajo la actividad del docente; es un error. Hay que buscar la excelencia, difundir la cultura. Yo cito en clase a filósofos o a poetas y los alumnos toman nota. Espero que algunos acabarán leyéndolos.
 
José Saramago decía que el escritor tiene en la punta de sus dedos pequeños cerebros y que no hay ideas maravillosas si no se pueden traducir. El escritor trabaja con palabras, el arquitecto con planos.

No se entiende la luz sin sombras. En el panteón de Roma (un ejercicio sublime de luz) triunfa esta sobre las sombras. Pero sin las sombras que arroja el resto de la cúpula no se entenderían las columnas de luz maravillosa que entra por la abertura central. Y eso deben entenderlo en profundidad los alumnos.