Hay que trabajar de forma muy personal la prevención. Somos nosotros mismos nuestros mejores médicos, y eso que suena a una tontería, es totalmente cierto. El Primer y mejor mecánico de un coche es la persona que lo conduce.
La próxima revolución sanitaria para mejorar la calidad de vida será la información, la comunicación entre Sanidad y Pacientes, la prevención y la Sanidad Pública. Tenemos que prevenir las enfermedades para no enfermar. NO SIRVE SOLO CON CURARSE.
Llevamos siglos sabiendo en casi silencio que somos lo que metemos dentro de nuestro cuerpo. La Alimentación nos cura o nos enferma. Comer poco, comer menos y sobre todo comer mejor, es fundamental.
Dice Silvio Garattini en una entrevista a un digital italiano que: "Si tomamos grupos de cualquier especie animal —ratones, perros, gatos o monos— y dividimos a estos animales en dos grupos, uno que come todo lo que desea y otro al que se le reduce un 30% la cantidad de alimentos, estos últimos viven un 20% más que los primeros".
La obesidad, la diabetes tipo 2 y algunos problemas de articulaciones, sin directamente problemas de una mala alimentación y de una falta de ejercicio adaptado a cada edad.
Es muy complicado ver a personas con muchos años y una salud aceptable, que hayan fumado mucho, hayan bebido en exceso, hayan comido sin control personal.
Él nos recomienda hacer al menos cinco km diarios de andar a una velocidad más alta que un paseo. Gran parte de esos recorridos deberían ser algo ajetreados, agitados, cansados. Caminar para la salud no es caminar para ir paseando y hablando.
Silvio Garattini aumenta esta recomendación, indicando que lo correcto está moverse algo rápido entre 150 y 300 minutos semanales de ejercicio físico moderado; exceder esta cantidad no proporciona beneficios adicionales. Pero si no puedes llegar a esos tiempos, cualquier tiempo es bueno, mejor que estar quieto.
Y por último nos habla de otro punto esencial. Hay que tener vida social, vida intelectual, actividad mental. No podemos estar viviendo bien si no tenemos metas constantes, deseos de llegar a algún sitio con alguna actividad, sin tener relaciones, sin tener metas vitales. Aunque tengas 90 años.