27.1.25

¿Puede la pareja o los padres ayudar a una persona con depresión?


La Depresión como enfermedad diagnosticada y no como trastorno, es un serio problema para quien la padece, pero también para sus allegados y familiares. Para la pareja y para sus padres, con mayor o menor virulencia según la edad del paciente, se produce un estado muy complejo en el que los cercanos a la persona que padece Depresión no llegan a entender bien ni los motivos ni los por qué. No es sencillo pues es un problema complejo y con muchas aristas.

Sería como intentar entender por qué una persona tiene cualquier otro tipo de enfermedad. En muchos casos no existe una causa efecto. Y sobre todo no hay responsables de estos padecimientos. Ni el enfermo, ni sus entornos.

Lo cierto es que tampoco los profesionales médicos saben bien los motivos de estos padecimientos. Ayudan en los procesos, son imprescindibles en los tratamientos y terapias, pero todavía no se conocen los mecanismos que nos llevan a caer en una depresión, si no existen motivaciones exteriores que han inicio el problema.

En unos años como sucedió con otras enfermedades, se sabrán los mecanismos por los que se produce esta enfermedad y cambiarán los tratamientos o las formas de encararlas. Es cierto que hay algunos componentes externos que ayudan a que esta enfermedad nazca y se asiente, como algunas dependencias negativas, un problema muy fuerte en el ámbito familiar o laboral, etc. pero en muchos otros casos no hay una motivación suficiente, o no la sabemos encontrar.

Lo cierto es que para las familias es un doble problema. Por una parte intentar ayudar sin saber lo suficiente de la enfermedad. Y por otra aceptar al enfermo en un proceso que dura mucho tiempo, que no existen tratamientos válidos de corta duración, ni tampoco suficientes profesionales para ayudar.

Cuando la persona más cercana de una persona que padece Depresión es la pareja, el problema por desgracia se resuelve en algunos casos con la separación, con el divorcio de la relación ante el poco avance de la situación. Es duro para ambos, pero para el enfermo le produce un estado todavía más complejo de llevar. 

Cuando la familia más cercana son los padres, generalmente personas de edad adulta o incluso muy adulta, lo habitual es que no se entienda casi nada, que incluso no se valore en la suficiente importancia el proceso de la enfermedad. 

Y sobre todo, cuando los padres intentan ayudar, se encuentran con que ni lo entienden, ni saben por donde comenzar, sin olvidarse que muchas veces lo que se realiza es incluso negativo para la persona a la que intentan ayudar.

Veamos algunos detalles de lo que se debe intentar hacer:

La depresión es un trastorno muy complejo que afecta a muchas personas, y el apoyo de la familia es fundamental para su recuperación. Aquí te presento algunas sugerencias que podrían ser útiles para ayudar a un familiar con Depresión:

Cómo apoyar a un hijo con depresión:

Mantén una comunicación abierta: Fomenta un ambiente donde la persona con este problema se sienta cómodo para expresar sus sentimientos y pensamientos sin ser juzgado. Escucha activamente y valida sus emociones.

Ofrece apoyo emocional: Hazle saber que estás ahí para él, que te preocupas por él y que le quieres. Los gestos de cariño y comprensión pueden ser muy reconfortantes.

Anímale a seguir el tratamiento: Recálcale la importancia de seguir las recomendaciones de su psicólogo y de su médico especialista. Ayúdale a establecer una rutina que facilite su tratamiento, como recordatorios para tomar medicamentos o asistir a terapia.

Ofrece ayuda práctica: Si es posible, ofrece ayuda práctica en su día a día, como acompañarlo a citas médicas, ayudarle con tareas domésticas o simplemente pasar tiempo juntos.

Respeta su espacio: Aunque es importante estar presente, también es fundamental respetar su necesidad de privacidad y ese tiempo a solas que necesita.

Infórmate sobre la depresión: Aprende más sobre la depresión para comprender mejor lo que está atravesando tu familiar, tu hijo o tu pareja. Esta información te permitirá ofrecer un apoyo más informado y efectivo.

Cuida también de ti mismo: Es importante que tú también cuides de tu propio bienestar emocional. Busca apoyo en amigos, familiares o en un terapeuta propio, para hablar sobre tus propias preocupaciones y sentimientos.