Podemos adaptarnos mejor o peor a nuestros hábitat, podemos adaptarnos a nuestro entorno si este ha cambiado o es muy diferente a lo que hemos conocido antes, o si ha evolucionado nuestra zona de vida. Pero no podremos cambiar lo que somos.
Ni debemos cambiar lo que somos.
Una cosa es adaptarnos y otra modificarnos de repente, pues eso supone un peligro de ruptura con nosotros mismos.
Un problema que crea otros posibles problemas.
Adaptarnos no es cambiar del todo, no es asumir lo nuevo por encima de lo que ya somos.
Todos evolucionamos y en esa evolución, todos vamos cambiando. pero a nuestro ritmo, no al ritmo que nos marque el hábitat a donde hayamos caído, posiblemente de forma temporal.