Una de las decisiones más importantes en la vida de cualquier persona, en el mundo occidental al menos, es la de tener que jubilarse, decidir en qué momento vital debemos jubilarnos. ¿A qué edad, cuándo, por qué, para qué? Normalmente es el Estado el que marca la edad de tu jubilación, no es una decisión totalmente libre pues como cualquier ser humano, tras dejar de trabajar cobrando tienes que seguir viviendo y alimentándote con unos gastos fijos. No es sencillo poder jubilarse en todas las posibles empresas cuando crees o quieres que debes hacerlo.
Digamos que entre los 55 y los 65 años estaría la edad práctica en la que casi todos nos jubilamos o prejubilamos. Algunos tienen la suerte de poder hacerlo o planificarlo un poco antes y otros se aferran a su trabajo para hacerlo después.
Pero en todas las personas hay una tónica que debería ser general. Vamos a ganar menos dinero, pero es posible que también tengamos menos gastos. Y además ya no deberíamos tener deudas y si un poco de ahorro y nuestros hijos nos necesitan mucho menos. Digo en teoría, pues estas cosas con las crisis desde el año 2008 se ha visto muy modificadas.
La jubilación no es otra cosa que el estado básico de regeneración social, para que otras personas más jóvenes, con otras ideas y más actualizadas formaciones, entren a ocupar nuestros puestos de trabajo o de decisión. Por ello mismo la jubilación es muy buena para las sociedades.
Si retrasamos la edad de jubilación, estamos retrasando la edad de emancipación de las generaciones que vienen detrás, y eso no es positivo para la sociedad por muy variados motivos, incluso la competitividad y la productividad del país.
La jubilación no debe ser nunca entrar en el periodo de inactividad total. Eso ni es beneficioso para la persona, ni para la sociedad, ni para el consumo o la cultura. Si tomamos como referencia esa edad desde los 55 a los 65 años de edad, estamos hablando de una media de entre 10 y 25 años donde la persona jubilada puede ser muy efectiva en muy diversas tareas.
No hablo solo del Voluntariado, que también, sino de la participación activa en muy diversas tareas de tipo social, político, artístico, cultural, deportivo incluso.
Admitiendo la persona que ya ha llegado a ciertas edades muy adultas, que su función no tiene que ser la misma que la anterior, cuando estaba en el mundo laboral.
Ahora toca si acaso la reflexión, la ayuda, el apoyo, el disfrute del tiempo, incluso el consumo y el apoyo familiar.
Muchos de nosotros hemos perdido muchos momentos importantes de la vida de nuestros familiares y de alguna manera hay que recomponer esos tiempos perdidos. Lo perdido no se recupera, pero al menos debemos intentar "estar" en los nuevos tiempos que nos toca vivir como familia.
La jubilación es de entrada positiva si se sabe utilizar y si no representa una meta decadente de las personas, que nunca lo es. Somos mayores, pero de entrada nuestra capacidad para disfrutar de la vida puede durar todavía bastantes años, así que lo primero es negarnos la capacidad de ser negativos.