Todos los equipos de trabajo que funcionen bien y estén adaptados a los nuevos tiempos son sistemas complejos en los que son muchas las variables y las influencias que hay entre estas variables, por lo que se convierten en procesos de gestión que deben mimarse, dotarlos de formación continua y espacios de análisis interno que sean eficaces. Saber elegir la persona que lidere estas funciones es fundamental para lograr éxito en los objetivos.
Cuando hacemos referencia al liderazgo de un Grupo de Trabajo, debemos tener en cuenta que esta es una forma de ejercer un tipo de poder sobre personas y a su vez sobre la producción y la calidad, pero que son varios los mecanismos a través de los cuales este poder puede ser ejercido bien o mal.
Depende de la persona a la que se asigna esta función, del cometido y objetivos de la misma, del tipo del Grupo de Trabajo y de su tamaño e incluso de la personalidad de las personas que conforman los puestos importantes del Grupo, de los objetivos asignados y de las variables no deseadas que siempre existen. Incluso de las verdades que se le transmiten a esta persona y las zonas oscuras que se quedan almacenadas en un cajón.
Los directivos de las empresas saben que uno de los mayores retos es acertar con la selección de la persona o persona que ejerzan la Dirección de los Grupos de Trabajo. Pueden ser perfiles de carácter psicológico, sociales, técnicos, muy legales, etc. y eso depende de los objetivos, del momento de la selección, de lo que se pretenda lograr con esa selección de personas para un puesto tan concreto e importante en el organigrama de la empresa.
No es lo mismo crear este departamento para una empresa en proceso de expansión, que hacerlo para una empresa en crisis económica. Por poner dos ejemplos extremos.
El perfil profesional de la persona elegida debe ser totalmente distinto. Y el tamaño del poder que se le entrega también, pues los objetivos finales que se espera de su trabajo es muy diferenteo. E incluso hay que aceptar que en algunos casos con los objetivos está indicado el punto y final de su relación profesional con la empresa. Lo sepa o no lo sepa la persona elegida.
Son puestos de alta tensión, de elevado precio, de perfiles muy elegidos y preparados, con una experiencia alta en estos asuntos nada sencillos, y que normalmente se dan cuenta ellos mismos de los motivos para los que han sido contratados, se les diga lo que se les diga. por lo que comenzar con engaños no siempre funciona bien o mejor dicho, al contrario, son el primer detalle de una relación laboral y profesional que comienza con rotos.