Modificando algunas costumbres en la cocina lograremos reducir la ingesta de sal en las comidas para encontrarnos más sanos, aunque de entrada no nos estemos dando cuenta de lo peligroso que es un exceso de sal para nuestra salud.
Las medidas más eficaces son:
Retirar la sal de la mesa: de esta forma evitaremos añadir más sal a los platos. No poner saleros.
No abusar de alimentos ricos en sodio: Es decir aquellos que contienen 500 mg de sodio por cada 100 gr. Medio gramo por cada 100 gramos de alimento. Lo pone en las etiquetas de cada alimento.
Buscar alternativas a la sal: Consumiendo especias y hierbas aromáticas, evitamos que un alimento parezca soso.
Tomar alimentos frescos: Son los que menor cantidad de sal tienen y menos necesitan para realzar el sabor.
Revisar las etiquetas. Los alimentos que contienen E-621 son abundantes en sodio
Cocinar con salero que lleve dosificador: Así añadimos menos sal que con los dedos.
Vigilar las salsas: Muchas son ricas en sodio aunque no tengan sabor salado. Las más problemáticas son la salsa de soja (la sal oriental que ellos emplean como sustitución a la sal y nosotros como un añadido más para reforzar el sabor), el kepchup y la mostaza.
Laura Puente Ajovín