La publicidad, toda la publicidad, está en horas bajas por diversos motivos, uno de
ellos tal vez el abuso de clic publicitarios que han llevado al asqueamiento
del consumidor. Esto hace que no sea ten rentable como antes los grandes gastos
en publicidad. El consumidor está dejando de creer en la publicidad o lo que es peor, está cansado de la publicidad invasiva. Sin publicidad no se pueden crear nuevas marcas, no se puede acceder a nuevos mercados, pero en periodos regresivos de la economía esto no es necesario. Solo el mantenimiento de la posición, de la marca y su incidencia en los mercados y entre sus clientes.
Las grandes agencias están pasando tiempos complicados y los
medios de comunicación que vivían de la publicidad sufren más que nadie esta
bajada de la inversión publicitaria. Unas ofrecen ahora servicios integrales
muy amplias y los medios tienen que reestructurar sus grupos para adaptarse a
los menores ingresos.
Hay que abaratar la publicidad pero hacerla menos agresiva.
Hay que dosificarla y dotarla de contenido extra. Hay que trabajar más por
menos para lograrle al cliente más éxito con su inversión. La publicidad debe entregar un valor añadido a su deseo de vender, el consumidor debe entender la publicidad como algo suave, sencillo, interesante, que forma parte de su forma de estar rodeado por ese todo que es la sociedad.