No es lo mismo medir la corrupción, detectarla y analizarla, conocerla y valorarla, que impedirla y luchar contra ella. Las posibilidades de actuar sobre la corrupción social, que no solo política, son muchas. Y no parece que a todos les interese luchar por erradicar o incluso saber hacerlo con eficacia. También los corruptos de todo tipo saben defenderse con otras trampas para mantener sus viejas trampas.