El liderazgo siempre ha sido muy
necesario en todas las sociedades, aunque ahora parezca de moda el conjunto, lo
popular y el “todos”, para empujar y lograr objetivos.
Sin duda hoy el reparto de la gestión es
imprescindible, el que todos participen en las ideas, en las decisiones, en las
posibilidades de ascender hacia ese liderazgo es un activo que hay que
promocionar. Pero al final lo necesario es siempre que los más preparados o los
mejores sean los que gestionen por el bien común.
¿Qué se necesita hay para ser un líder válido?
Sin
duda debe ser una persona o un equipo de personas que sean realistas con la situación,
con los recursos que cuentan para lograr sus objetivos.
Hay que
ser íntegro, responsable, legal, limpio, capaz de ayudar a todo el resto de la
sociedad o la empresa a crecer.
Debe ser
una persona o un equipo que sepa ver las oportunidades que su entorno entrega
para el bien común, el bien del objetivo. Hay que ser capaz de saber
aprovecharse de las posibilidades que cada grupo tiene para ampliar sus
objetivos.
Es
imprescindible que sepa mirar y trasmitir en el largo plazo. No sirve administrar
solo el corto plazo, pues eso no es un líder sino un simple gestor.
Un líder
sabe que puede fracasar, intuye que su tiempo en el puesto es finito, pero eso
no le impide ser arriesgado y no tener miedo a las decisiones que en cada
momento hay que tomar.
Un líder
sabe formar equipos con una jerarquía muy básica, donde la colaboración sea
real y para ello simple, muy horizontal.
Un líder
actual sabe que debe “estar”, que hay que rodearse de las gente, de los problemas, de las
situaciones difíciles. Hoy es imposible ser líder desde el despacho.
Un líder hoy evita la burocracia, busca la agilidad
en las decisiones, se adapta a toda forma de situaciones, sabe que gran parte
de los problemas son desconocidos hasta que se le presentan.