30.8.15

Diez 10 seguros pasos para que tu hijo se convierta en un bicho delincuente

El juez de menores Emilio Calatayud es bien conocido por la imposición de sentencias diferentes, ejemplares y basadas en la educación más que en el mero castigo. Es un juez pedagogo, humano y moderno aunque emplea sentencias que son viejisimas. Os dejo un decálogo que va circulando, con algunos consejos que suenan a básicos.
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1. Comienza desde la infancia dando a tu hijo todo lo que te pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece, es suyo.

2. No te preocupes por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente. Que tenga toda la libertad desde pequeño para no sentirse presionado por la educación.

3. Cuando diga palabrotas, festéjeselas y ríe sus gracias. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas cada vez.

4. No le regañes ni le digas que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5. Recoge todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás. No le hagas trabajar, si eso lo puedes hacer tú.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuida de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7. Riñe a menudo con tu cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre. Que se acostumbre a ver peleas y violencia que consideras menor.

8. Dale todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar. Si tú lo tienes, es también suyo.

9. Satisface todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones. Que no sufra, la vida es maravillosa, siempre.

10. Pónte de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo. El único que quiere de verdad a tu hijo, eres tú.