23.11.24

Ideas a tener en cuenta antes de emprender una empresa nueva

Ante la falta de trabajo de calidad por cuenta ajena, cada vez son más la personas que intentan montar su propia pequeña empresa y crear su propio empleo. Una decisión compleja que no siempre goza de una atención y análisis serio por parte de los implicados.

Dicen los expertos que las nuevas empresas fallan principalmente por falta de formación del emprendedor o por desconocimiento del sector en el que se implanta el nuevo proyecto, sin tener en cuenta los factores clave a la hora de poner en marcha un negocio con futuro. 

Un enemigo habitual del emprendedor es, curiosamente, el exceso de entusiasmo ante la nueva empresa, creyendo que con el optimismo y las ganas de triunfar es suficiente para lograr el éxito.

La realidad nos dice que sobre un 90% de los proyectos que cierran al poco tiempo, lo hacen por una falta de formación empresarial o por un desconocimiento del sector sobre el que se intenta hacer negocio. 

Ya tenemos dos puntos importantes que hay que cuidar, antes de que los fracasos sean un gran lastre. 

Saber gestionar personas y equipos es también un activo importante.

Sobre un 75% de las nuevas empresas cierran antes de los 5 años, lo que supone un fracaso de la actividad y a veces un fracaso personal con deudas asumidas que lastran la recuperación de nuevos proyectos. 

Pero que estos datos no supongan NUNCA un freno antes de iniciarlo, sino si acaso, un análisis más serio de las posibilidades y de las actuaciones que hay que hacer antes de crear una empresa.

Emprender es la suma de conocimientos técnicos, empresariales y de venta. 

Ahora muchos caen en el error de intentar crear una empresa o de tomar una franquicia, sin conocimientos suficientes y terminan destrozando un sector o parte de él, antes de cerrar su propia empresa. 

El intrusismo o los errores bárbaros, llevan a tirar precios, a destruir sectores, con tal de no hundir la nueva empresa, cuando en realidad los fallos no son de precio. 

Muchas veces no saber vender tu propio producto, creer que se puede compensar con abaratar el precio final, son errores muy graves. 

Y en realidad la hundimiento es parecido pero arrastras con los errores en las bajadas de precio a todo un sector durante un tiempo. Bajar precios es muy sencillo. Volverlos a subir a su precio de rentabilidad… muy complicado.

 Hay que crear un producto o servicio que sea nuevo o interesante.

 Hay que saber bien a quien debes dirigirte con este nuevo producto o servicio.

 Hay que lograr que te paguen por el producto o servicio lo que realmente cuesta… más un poco más para beneficio y otro tanto para amortización.

Para ello, sobre todo para la tercera parte, es fundamental saber analizar el producto y no engañarse. 

Cada producto o servicio vale lo que realmente vale, no lo que se puede cobrar por él. Pongamos un ejemplo muy sencillo. 

Si por un producto, el mercado está dispuesto a pagar 3 y a ti te cuesta 3,2; por muy bueno que seas tú… creando una empresa, no será rentable nunca. 

Hay que abaratar los costes o buscar otros mercados o servicios. 

Pero nunca abaratar precio final, precio de venta, para conseguir clientes, pues estarás perdiendo con tu negocio aunque tengas miles de clientes. Contra más clientes, más perderás.

Recordar además dos aspectos clave. 

Uno: que todos los mercados evolucionan y más en periodos de crisis. 

Dos: que tu empresa solo sabrá crecer o disminuir. 

Entender esto es fundamental para saber adaptarse pues nada se queda quieto. Tendrás que ir adaptándote a los cambios y cambiar supone modificar las metas, la paredes, los cajones, las ideas, la formación, los mercados. 

A veces hay que reinventar todo, incluso a veces cerrar y reabrir. No hay que tener miedo, simplemente hay que intentar trabajar con red, como en los circos.


La rutina es negativa y favorece caer en la depresión leve


¿Has probado el romper con la rutina diaria para salir de la depresión leve, que te sujeta para no hacer actividades suficientes como para sentirte mejor?

Parece una rueda que se alimenta de ella misma. La propia rutina nos aburre y nos impide hacer nada nuevo, pues ya estamos cayendo en una leve depresión. 

Hay que salir de esa zona que no es de confort sino al contrario, es una zona de peligro. Tenemos que entretenernos, creer cada día que la vida es maravilloso, sobre todo por hacer cosas.

La rutina es mala aunque cómoda, podemos caer en ella creyendo que es algo positivo para simplificar nuestra vida, pero la rutina en exceso, aunque sea buscada, destroza la ganas de seguir peleando y de disfrutar de todo lo mucho, que nos puede rodear si sabemos buscarlo.

No es nada bueno hacer hoy lo mismo que ayer, saber qué vas a realizar dentro de una semana. No es bueno que no tengas riesgos en tu vida, que no sepan emplear algo de pimienta para darle sabor picante, acción y sobresaltos, algo más de sentido de vértigo al día a día que se nos va consumiendo sin sacarle gracia y talento, sustancia. 

Mide las nuevas acciones con tus fuerzas, no te pasen tampoco. Pero inténtalo. 

Y si no eres capaz de cambiar algo cada día, al menos, cuanto menos, los fines de semana no pueden ser rutinarios, no pueden ser todos iguales. 

Hay que romper la sencillez de la rutina en la vida. Solo hay una vida, la nuestra. La de cada uno de nosotros.