Las ciudades que logran tener un tren AVE a su servicio estánmuy contentas por el nuevo servicio en los meses previos y posteriores a la puesta en marcha del AVE. Sin duda su ciudad entra en una red de transporte ferroviario de alta velocidad, que ayuda a potenciar las posibilidades de la misma.
Pero no todo son maravillas. Los precios del tren en general dejan de ser competitivos para la inmensa mayoría de viajeros, desaparecen los servicios económicos anteriores, y si no eras una ciudad punto de salida y llegada, dejan de existir los billetes con precios rebajados. En realidad se pierden servicios para una parte importante de la sociedad.
Tan es así que algunos AVE pueden ir con bastantes plazas libres en días laborables y en cambio algunas líneas de autobuses entre las mismas ciudades necesitan refuerzos aunque den servicio de autobús cada hora.
Algo falla en el servicio cuando sólo es válido para empresas o para niveles altos de ingreso. Sobre todo si vienen a sustituir a otros servicios más baratos.
No es de recibo que un billete de tren AVE cueste casi cuatro veces más que un billete de autobús. La diferencia es tan grande que imposibilita el uso del AVE para muchos ciudadanos.