18.2.11

Nueva Rumasa empieza a caer en un posible puzzle de complicadas consecuencias

Nueva Rumasa se ha roto un poquito más al anunciar el inicio de suspensión de pagos sobre sus diez empresas más conocidas e importantes. Eso quiere decir que todos tendrán que negociar su deuda para abrir nuevos plazos pero también para restar cantidades de la deuda. Lo cierto es que los 5.000 inversores que compraron pagarés de sus empresas o entraron en las ampliaciones de capital tras la negativa de la CNMV de que se siguiere con esas prácticas, lo van a tener más crudo para recoger todo lo invertido y con toda seguridad con una dura negociación para cobrar parte de los intereses prometidos.

Durante dos años, Nueva Rumasa ha financiado su capital circulante con la emisión de pagares a corto plazo (un año o dos años) con rentabilidades entre el 7-10%. Este método de financiación recibió reiteradas advertencias por parte de la CNMV, que hasta en siete ocasiones hizo pronunciamientos insistiendo en el riesgo de estos instrumentos financieros, que simplemente estaban avalados con activos de compañías que ahora están en situación de preconcurso y que, por lo tanto, pueden verse afectados igual que el resto de acreedores.
El marcaje de la Administración del Estado ha sido tan estrecho en estos tiempos de laboratorio financiero sobre Nueva Rumasa que el Gobierno llegó a sacar una nueva ley para evitar que pudieran emitir pagarés sin la supervisión de la CNMV, control que podían obviar al emitir Nueva Rumasa pagarés por importes menores de 50.000 euros entre particulares, por la que no tenían necesidad de registrar un folleto. 

Se ha jugado con la recirculación de capitales, en un proceso piramidal de crecimiento falso, comprando empresas en crisis sin capital real propio y sí con capital recirculado o de inversores ajenos que entraban buscando intereses imposibles, y ahora al desmoronarse todo si se entra en suspensión de pagos (concursos de acreedores) se tendrá que investigar la realidad (otra vez) de las contabilidades de todas las empresas y adivinar quien es en realidad el propietario capitalista de cada empresa.
La empresa 1 puede ser la dueña de la empresa 2, esta empresa 2 ser la propietaria de la empresa 3, y esta empresa 3 el socio único de la empresa 1. No es un holding, son empresas independientes, y lo cierto es que aunque una avala a la otra, soporta las deudas de otra distinta; luego si además tiene deudas con proveedores, bancos o con inversores que han prestado dinero o han entrado en su capital social de forma minoritaria, cuando cae una pieza del puzzle, caen todas.