El banco de España ya ha publicado sus previsiones sobre el crecimiento de la economía Española, en 2010 siendo de un 0,2% el del PIB del cuarto trimestre y de un -0,1% para el computo global del año 2010.
Huelga decir que realizaremos el análisis cuando el INE publique todos los datos, pero podemos hacernos una idea previa para, al menos plantear ciertas cuestiones.
El dato llega además con la reciente visita de Angela Merkel, que parece que va a pasar revista de la gestión realizada por Zapatero en nuestro país. Ante esto hay dos formas de verlo. Una es: ¿Para qué narices tiene que venir esta a aprobar lo que hagamos nosotros? Otra es: ¿Por qué narices felicita la gestión de alguien al que nadie felicitaría?
En primer lugar, aquí hay que pedir responsabilidades a alguien a quien no s ele puede pedir. El otro día estuve haciendo repaso noticiero y, como dato curioso, el FMI llegó a pronosticar un descenso del 0,8% de la economía española en 2010. Y eso sin tener en cuenta el gran ajuste fiscal que se ha llevado a cabo, que ha facilitado el que no lleguemos a cifras positivas. Y digo yo, ¿Estar en las listas y estadísticas como el único país que iba a decrecer en 2010 no ha perjudicado de ninguna manera a España? Y, ¿No se ha demostrado que luego no ha sido para tanto? Hablo en retórica claro, pero, ¿Qué hubiera pasado si tanta previsión hubiera ido más acorde con la realidad, si hubiera predicho cierto crecimiento? ¿Hubiéramos tenido tantos problemas con la prima de riesgo? ¿Habríamos tenido que hacer tanto ajuste fiscal? ¿Habríamos caído en verdad ese 0,1%?
Yo lo tengo claro, había que buscar países que se llevaran la peor parte. Porque en un juego de suma cero, en el que las inversiones van a un sitio u a otro, es preferible reducir el cerco que distribuir más dinero entre todos.
Lo que digo es demasiado fuerte y poco comprobable como para tomárselo en serio. Pero los datos no me dan mucho más de donde tirar. Nuestro crecimiento ha sido muy superior al previsto incluso con políticas mucho menos activas de las previstas. Y esas previsiones son las que, activamente, han perjudicado y puesto en tela de juicio la palabra Español.
Y el que hayamos sido nosotros no ha sido por pura mala suerte. Teníamos todas las papeletas. Una productividad por los suelos, y una tasa de paro elevada.
Por eso, cuando Angela Merkel viene aquí y dice que sí, que Zapatero lo ha hecho bien, yo digo, ¿Bien el qué? ¿Los que tu le dijiste que hiciera? No nos ha quedado otra.