Si tú triunfas, triunfamos todos los que estamos a tu lado. Tú más, pero todos un poco.
Por eso tu éxito es nuestro éxito, aunque se nos olvide o no lo queramos entender.
Las envidias son muy malas para crecer.
Acércate a quien triunfa, no para que te entregue parte de su éxito económico, sino para aprender, para que te entregue parte de su camino recorrido, para que te enseñe cómo lograrlo.
No se trata de copiar, sino de aprender. Llevamos miles de años aprendiendo los unos de los otros, y es esa capacidad de aprendizaje la que nos convierte en humanos, en inteligentes, en poder disponer de muchos avances que paso a paso han ido construyendo nuestros antepasados.
Internet nunca hubiera existido si antes no se hubiera podido dominar la electricidad, y antes la rueda imprescindible para crear energías.