La democracia se compone de varias herramientas imprescindibles. Una de las más importantes es que los partidos políticos sean limpios. Y cuando la basura llena las cloacas, lo que hay que hacer es cerrar para desinfectar y empezar de nuevo.
Pero en España esto no lo tenemos así de claro, auspiciado además por la inmensa capacidad de los ciudadanos en olvidar o relativizar todo. No siempre la culpa es de lo que se saltan las normas. Muchas veces es de los vigilantes o de los que no saben elegir a los vigilantes.
Tan importante en democracia es quien gobierna, como quien hace de oposición con un poder determinado y una rasmia a prueba de todo. Si quien tiene que vigilar es débil, pantuflo, comprado, somnoliento o con ganas de ir pasando los sueldos, la democracia se debilita. Pero parecemos no aprender. Por eso repito tantas veces lo mismo.
Todxs tenemos que edificar cada día la democracia. Todos somos importantes para saber elegir y exigir. Pero muchas veces preferimos los caramelos que nos ofrecen los que quieren adormilarnos. No se trata de romper ventanas, sino de saber exigir con calma pero con la contundencia debida.