Nadie sabe bien qué es el amor. Nadie lo puede explicar con claridad y quien sí cree saberlo sabe también que lo puede perder o lo que es más normal, que puede cambiar de opinión en poco tiempo. Una de las maravillas del amor es que no hay uno solo, tampoco un ciento, el amor es universal e indefinible.
No es eterno y lo sabemos bien todos nosotros. Y hay tantas clases como modos de amor. Llamamos amor a lo que muchas veces no lo es, y a su vez no somos capaces de llamar amor por varios motivos, a lo que simplemente es amor y así se entiende mucho mejor.
El amor es relación, es entrega, es un sentimiento encerrado en varios, y es entrega. Una sensación que no sabemos explicar bien, pero que sí detectamos y sentimos. Sabemos bien cuándo nos entregan amor, y en cambio no siempre nos damos cuenta de cuando lo entregamos, y mucha menos cuenta nos damos para detectar que regalarlo es muy necesario y a veces nos lo están esperando.
El amor es vida, es sentido de vida, a veces es pasión, siempre debería ser compromiso de fidelidad para que las otras personas sepan que si tu has dejado de tener o compartir amor, lo sepan para decidir qué desean hacer con la relación.
Si hay amor, aunque esté al revés un tiempo, siempre hay ascuas de amor capaces de revitalizarse. Si no vuelven a encender la vida es que realmente ya no hay amor, por parte de algunas de los responsables. En ese caso no debemos hablar de un desamor, sino de una sensación neutra y temporal, en espera de que llegue un recambio.