20.3.25

¿Debemos crear nuestro propio trabajo?



La gran duda de los desempleados españoles que llevan un tiempo buscando un empleo y tienen muchas veces una edad algo compleja y no encuentran algo con una calidad laboral admisible, es tras preguntarse: —¡qué hago!…, estudiar las posibilidades de crear su propio puesto de trabajo. 

Analizan convertirse en autónomos, microempresarios, emprendedores de sus propios oficios o de otros.

Pero ser emprendedor o convertirse en empresario de su propios puesto de trabajo no es tan sencillo como invertir para crear un puesto de trabajo que uno mismo utiliza. 

Es algo mucho más elevado, más complejo, que requiere más análisis, si queremos que funcione en el tiempo. Que no sea un salto hacia delante sin valorar los riesgos.

Nadie es emprendedor o sirve para autónomo, si antes no está seguro de sí mismo, tiene una gran idea muy estudiada, quiere trabajar mucho más que antes asumiendo riesgos y sobre todo se pone la meta de querer ganar mucho más dinero. 

Lo siento, pero todos debemos entender que nada funciona en el mundo de la empresa, si antes no queremos ganar dinero con nuestra decisión de emprender e invertir. Eso es básico. 

No se trata de crear un puesto de trabajo para sobrevivir, hay que estar seguro de que nos vamos a hacer millonarios. Luego ya vendrá la dura realidad para frenar nuestras intenciones y pretensiones, pero antes hay que partir del deseo de “ganar mucho dinero”. Sobe todo por que los riesgos son también altos.

Para ser un microempresario tienen que analizar qué vas a aportar tú al mercado, qué es diferente y mejor de lo que ya existe, cómo vas a poder rentabilizar tu inversión. 

Si no estás convencido de que contra el riesgo que asumes está la innovación de lo que vas a ofrecer, lo mejor es abandonar el proyecto. Recuerda que tan importante es crear como vender

Tan necesario es innovar como saber comercializar.

Un emprendedor nace con una personalidad diferente que va ayudando a crecer con una experiencia laboral o formativa adecuada

La mezcla de estos dos factores es fundamental. Hay que tener experiencia y aprender a ser emprendedor, pero también hay que tener una personalidad determinada a saber sufrir, invertir asumiendo riesgos, tener empuje para abrir puertas, saber empujarte a ti mismo hacia el riesgo.

Es cierto que el desempleado de larga duración, nos acerca peligrosamente a la decisión de emprender la creación de su propio puesto de trabajo, a veces sin analizar bien la decisión. 

Personalmente creo que a partir del sexto mes de desempleo hay que empezar como tarde a plantearse esta posibilidad. 

Y que a partir del año de desempleo, es casi la única posibilidad, ante crisis de empleo sin final claro, para poder reengancharse al mercado laboral.
 
Pero se necesita un capital que no podemos valorar aquí, pues hay tantos proyectos e ideas como capital posible para edificarlo. 

Y que cuando se lleva mucho tiempo en el desempleo, los miedos al futuro agarrotan las decisiones de invertir las reservas. Y al final terminamos buscando ayuda exterior.

Acudimos a amigos, familiares o inversores “locos” que nos pueden lanzar una ayuda a costa de una parte del negocio, tras convencerles. 

Mal inicio, pues la idea ya no nos pertenece a nosotros en su totalidad y tendremos que trabajar para nosotros y para “los otros”. Pero menos es nada. Tener socios que solo aportan el dinero inicial no es lo aconsejable.

Debemos empezar a buscar ayudas también en organismos públicos, para que al menos analicen nuestros proyectos, sean sinceros, nos enseñan sus puntos flacos y las necesidades que tendremos en el corto y medio plazo. 

No nos van a dar dinero, pero los consejos valen mucho y su análisis nos pueden evitar pérdidas grandes. 

Es muy importante que alguien “desde fuera” nos sea sinceros, nos analice todo el conjunto de nuestras necesidades y decisiones próximas, para saber qué podemos hacer para complementar con algo de seguridad nuestra proyecto. 

Nadie es infalible, pero al final, un buen consejo nos puede ayudar mucho más que una financiación interesada. 

Es posible que tú necesites 10.000 euros, pero a otras personas eso no les supone ningún esfuerzo y pueden jugar a jugar o a ganar sin perder, y a no son tan amigables como parecen cuando hay necesidad.