El 60% de la población adulta mundial padece enfermedad venosa crónica. Es decir: cambios producidos en las extremidades inferiores como resultado de una disfunción en el sistema venoso de las mismas, ocasionada por la dificultad permanente de retorno venoso, desarrollado por la incompetencia valvular.
Sus síntomas más comunes son: hinchazón, dolor de piernas y sensación de pesadez, aparición de varices, o edemas.
Esta enfermedad es progresiva, es decir que puede evolucionar a riesgos más graves como úlceras, o cambios en la piel. Y en las edades más adultas es un problema que a veces va en aumento. Así que hay que vigilarlo con más detenimiento.
Hay una serie de factores de riesgo de padecer esta enfermedad.
Ser mujer
Haber estado embarazada
Tener sobrepeso
Antecedentes familiares
Trabajar de pie o sentado
Trabajar en un ambiente caluroso
Para evitar la aparición de complicaciones en esta enfermedad, podemos realizar sencillos cambios en nuestra vida diaria que le recomendará su médico de atención primaria.
Mueva las piernas tanto como le sea posible
Evite las fuentes de calor
Lleve zapatos con menos de 5 cm. de tacón
Levante las piernas 10-15 cm. mientras duerme
Realícese masajes en las piernas todo cuanto sea posible
Utilice medias de compresión
En caso de empeoramiento su médico le derivará a un especialista.
Laura Puente Ajovín
Laura Puente Ajovín