A veces, muchas veces, lo único que nos
detiene somos nosotros mismos, nuestra forma de pensar, nuestra mente que nos
engaña pues nos han enseñado a tener miedos, a pensar que no somos capaces de
lograrlo.
Muchas más veces de las que creemos, nada
nos impide lograr los objetivos.
Somos nosotros los que nos ponemos los frenos,
las puertas cerradas, las ganas de estar quietos.
Depende de nosotros mismos
que tengamos más libertad, más éxito, más excelencia en nuestras labores y
trabajos.
¿Quieres soltarte de la cuerda que te ata a ningún sitio?