Los números pueden incluso engañarnos, pero la realidad la ven claramente los docentes. Daría igual si lo hablamos en institutos, en Universidad o en Escuelas Profesionales. No hay ganas de aprender, de esforzarse, y este decaimiento ha crecido tras la pandemia.
Podríamos intentar una reforma de la reforma, otra más, pero para nada. Hay que trabajar mucho más el concepto de que la educación, el formarse, el aprender, la cultura, sirven para mucho en la vida de todos. Nada es gratis, ni en dinero ni en ganas, en ponerle moral y querer hacerlo.
A veces me da la impresión de que es incluso ya… urgente.