Mira, tú sabes perfectamente qué es lo que quieres. Pero muchas veces esperas que simplemente te lo concedan, te lo entreguen pues piensas que te lo mereces. Es una apreciación falsa. Por mucho que te lo merezcas, si no lo pides, si no sabes solicitarlo o incluso pelearlo, no te lo darán. Nadie concede nada por que sí, bueno, alguna vez sí, pero muy pocas.
Debes defender tus posibilidades, debes pedir y exigir, solicitar y pelear por tus objetivos, por mucho que no tengas dudas de que te lo mereces. Pedir algo no es de mala educación, es simplemente tener asertividad, defender tus posibilidades, plantear tus deseos. Muchas veces puede suceder que quien tiene que repartir, que dar, no crea en tus posibilidades por pensar que no lo quieres, no lo buscas.
Hay que pedir sin imposición, dando la posibilidad a quien debe dar, que está haciendo un gran favor, que aunque se lo merece, él, quien reparte, tiene la benevolencia de entregarlo y por ello se merece un respeto y una gracia. No se preocupe, a usted lo que le importa es conseguirlo, no le preocupe mucho por tener que agradecer algo que piensa que se merece. Repito, lo importante es tenerlo.
Las personas no están para adivinar nuestras necesidades, nuestros pensamientos. Por eso pedir, indicar, solicitar con seriedad y calma, es lo más normal y efectivo. Muchas veces quien tiene que entregar no sabe a quien, cuando, cómo, de qué manera. Si les simplificamos el camino incluso nos lo agradecerán. Los que nos rodean deben saber qué pensamos, qué esperamos de ellos.