Ayer nos dijeron que el 66% de los cánceres son impredecibles (no indetectables en procesos de control predecibles) y que no depende su crecimiento de nuestro hábitos de vida o de nuestras herencias genéticas.
Sabíamos que el tumor surge por un error en la multiplicación de las células. Cada una de ellas debe replicar su ADN de forma perfecta, cada vez que se auto multiplica. Pero algunas de ellas van cometiendo errores mínimos, que por multiplicación hacen que en un tiempo surgan células equivocadas que provocan los tumores.
En teoría, cuanto más mayores seamos, más posibilidades de que se vayan acumulando errores casi matemáticos en las réplicas de nuestras células pues muchas más veces se han tenido que replicar, pero también depende del tipo de error que éstas cometan al multiplicarse.
Es cierto también que nuestro estilo de vida, el tabaco o la exposición a ciertos productos, hace que se cometan más errores, sean más necesarias las multiplicaciones que reemplazan células muertas, y con ello, más lógico que se produzcan mutaciones equivocadas de forma aleatoria. El Centro Oncológico Integral Sidney Kimmel de Baltimore en EEUU nos lo ha intentado explicar, pero con las reservas lógicas para que no perdamos nuestra forma sana de vida.
Todos tenemos amigos que han sufrido cáncer y han llevado un tipo de vida muy saludable. Entran en esos 66% de tumores aleatorios. Cristian Tomasetti lo explica así: “cada vez que una célula normal se divide y copia su ADN para producir dos nuevas células se cometen múltiples errores. Y estos errores en las copias son una fuente potente de mutaciones cancerígenas que han sido tradicionalmente infravaloradas desde un punto de vista científico. Y en este contexto, nuestro trabajo ofrece la primera estimación del porcentaje de errores ocasionados por estos errores”.
Nuestro sistema de vida logra que estos errores se multipliquen con errores más o menos veces, que las irritaciones de ciertas partes hagan necesario más o menos repeticiones de células muertas o deformes. Por eso el control constante de nuestra salud es imprescindible para detectar posibles tumores en sus estados más incipientes.
Se calcula que frente a ese 66% de tumores aleatorios, hay un 29% de tumores producto de los factores ambientales o de sistema de vida y un 5% de factores hereditarios. Pero también hay que añadir que estos números dependen del tipo de cáncer, pues no en todos los tipos son iguales. Por ejemplo el 95% de los tumores de cerebro, huesos o páncreas son por factores de errores al multiplicar células, mientras que sólo el 35% de pulmón lo son por este motivo.