Que un domingo por la mañana, tres profesionales del Centro de Salud de La Jota quieran ir al Día del Barrio, de forma voluntaria a celebrar con los vecinos de La Jota su fiesta de barrio, y pongan una mesa informativa para diagnosticar y ayudar a los vecinos en sus dudas, es un acierto y un LUJO.
Lo de menos es tomar la tensión, el oxígeno en sangre o informar de las ayudas públicas que existen para apoyar en el duro camino de dejar de fumar. Lo más importante es estar allí para hablar con los vecinos, escucharles e intercambiar dudas y realidades.
Un acierto de decisión personal de los profesionales, que están muy apegados a sus zonas de trabajo y convivencia.
La Jota como barrio, como sociedad, no puede agradecerles lo mucho que han ido haciendo en estos años de excesivo trabajo, pero al menos nos queda el saber que se ha realizado un trabajo muy duro, en condiciones malas, y además un trabajo callado, silenciado, no siempre ni reconocido ni conocido.
Y sin duda, agradecer también a la Asociación de Vecinos de La Jota y a los integrantes de su Dirección de Gestión, estos actos tan necesarios para la relación comunitaria en positivo.
Julio Puente - Miembro de la Comisión Permanente del Consejo de Salud de Aragón