Las personas no logran casi nunca ser ricas, poderosas, a costa de trabajar mucho. En cambio sí es posible crecer en las economías a costa de saber comprar y saber vender, a entender de endeudamiento, aprender a negociar, entender de precios y de posibilidades. Pongamos unos ejemplos sencillos.
Nos dicen pero bastante escondidos, que según en qué supermercado compramos podemos obtener al cabo del año unos gastos que difieren entre 1.000 y 3.000 euros según el nivel de gasto que tengamos. Para muchas familias de nivel medio, poder tener un mes de sueldo más al año es importante.
A la hora de negociar la compra de un piso por poner un ejemplo, nunca negociamos al detalle. No es lo mismo un piso comprado en 120.000 euros a negociarlo en 116.800 euros. Nadie hace ofertas así, pero 3.200 euros de diferencia resuelven parte de los gastos que llevan aparejadas las compras.
Entendemos que a la hora de contratar un servicio como la telefonía podemos (debemos) mirar diversas ofertas. Pero no tenemos tan claro que una vez ya con algunos años del mismo servicio, de la misma compañía, es posible renegociar precios o simplemente amenazar y cumplir el cambiar de compañías. Sea telefonía, seguros de hogar o coche, tiendas habituales, etc.
Compramos por internet, pero debemos entender bien que además podemos vender. Que incluso antes de comprar algo es bueno revisar precios de ese “algo” en internet para ver ofertas y precios. Y para conocer las opiniones de otros usuarios, para no dejarnos llevar por lo que nos diga el comercial. Incluso podemos preguntar a otros usuarios sobre dudas personales de dichos productos. Esto sirve para un electrodoméstico, pero también para un viaje, un alquiler de vacaciones o un servicio.
¿Cuánto nos cuesta en toda nuestra vida un alquiler, el uso del coche, las veces que vamos al restaurante a comer, ir al campo de deportes a ver a nuestro equipo favorito? No estoy diciendo que no lo hagas. En absoluto. Digo simplemente que igual es bueno conocer la realidad de lo que te gastas en esos servicios.
Es tu decisión, y como poco no estaría nada mal que conocieras realmente qué precio tienen, cuantas horas de tu trabajo inviertes en esos gastos.