10.8.12

Explicación sencilla sobre el "multiplicador del gasto"

Una de las primeras lecciones que se explican en Economía es la del "multiplicador del gasto". De lo que nos informa este multiplicador es sobre cuanto va a aumentar la actividad económica tras el aumento del gasto público. Es un componente básico del debate económico y en la lógica explicación nos dejamos ciertas cosas muy interesantes sin aclarar, que son necesarias para matizar un concepto tan importante.

La explicación más sencilla y básica y, a menudo, única que se da es la siguiente:
La producción total (que es también la renta total) se puede descomponer en consumo, inversión, exportaciones netas y gasto público. A su vez, el consumo depende de la renta, de forma que, si aumenta el gasto público, estaremos fomentando que aumente la producción y por tanto la renta y, al hacerlo, estaremos también fomentando el consumo, de forma que al final el incremento total de la producción es superior a la del gasto público. La ecuación final se matiza mucho más incorporando una estructura más compleja por parte del sector privado (ahorro, impuestos, importaciones). La pregunta, entonces, es sencilla: A la vista de los datos, ¿el multiplicador es inferior o superior a la unidad?
Y entonces se hacen análisis econométricos y empíricos y gráficas de correlación y cogiendo unos datos u otros, un paper te dice una cosa y otro te dice otra. El problema, y para mi importante, es que si bien se matiza mucho la estructura del consumo privado, se homogeneiza todo el consumo o gasto público. A la hora de hacer una correlación se introducen dos datos de aumento del gasto público de dos países diferentes suponiendo que el efecto debería ser el mismo, y aun con la misma estructura privada, esto no tiene porqué ser así. El cómo estructura el gobierno el gasto público importa. Tanto a la hora de aplicar el gasto como a la hora de financiarlo.
Partiendo de la ecuación básica:
Y = C + I + G + X – M

1º: No todo gasto aumenta la producción.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no todo el gasto público incrementa directamente la producción. Si el estado gastara doscientos euros más por habitante en comprar ipads (por poner un ejemplo extremo), toda la renta acabaría en el exterior. Habríamos aumentado el gasto público (G) y, a la vez, las importaciones (M). De forma que la producción y la renta, no varía.
Se suele incorporar el hecho de que los consumidores, una vez que tengan más renta, si aumentarán sus importaciones, pero no el que el gobierno puede, de manera directa, aumentarlas.
Aquí el tipo de gasto público que se realice, por tanto, es fundamental.

2º: Crowding out.
Otro elemento que sí se suele utilizar más del lado contrario es del crowding out. El hecho de que el gobierno debe financiarse para realizar el gasto.
El argumento es que si el gobierno está captando fondos o ahorros de los españoles que, de no ser captados, habrían sido invertidos en España, entonces todo aumento del gasto público (G) llevaría aparejada una disminución de la inversión privada (I), de forma que la producción y la renta, no varía, tampoco.
En un sistema monetaria moderno y con soberanía monetaria esto no sería un problema, puesto que la oferta monetaria se determina de manera endógena y no por las reservas o el ahorro previo, pero otros casos, como el de Grecia, no son tan benevolentes, ya que si el BCE no nos quiere prestar directamente a precios razonables, ni tampoco admite la deuda pública en posesión de los bancos como colateral, que el gobierno se financie puede no ser neutro.

El efecto del gasto público puede ser, por tanto, muy diverso. Puede que capte ahorros privados y los dedique a gastarlos importando (lo cual afectaría negativamente a la producción). Puede que capte ahorros del país y los dedique al mismo país o que no haya efecto crowding out pero lo gaste todo importando (de forma que no afecta ni positiva ni negativamente), o puede que obtenga créditos del BCE y los dedique al propio país (por lo que afectaría positivamente a la producción). Comparar dos gastos públicos únicamente mediante el dato total y bruto no es correcto, puesto que si son heterogéneos el efecto que realizarán será distinto y la estructura o función o curva o correlación que encontremos no tendrá ningún sentido económico, sino meramente estadístico (relación espuria). Imagínense que estudiamos el efecto en la satisfacción de consumo de helados por parte de un mismo individuo. Le damos primero un helado de fresa y luego dos de tierra (absurdo, sí). Si tomamos los helados como entidades homogéneas, podríamos establecer un gráfico donde el nivel de satisfacción sería mayor con el consumo de un solo helado que con el consumo de dos helados (porque eran de tierra).

Conclusión: Consumir más helado nos satisface menos.

En definitiva, no creo que exista ni empírica, ni teóricamente, un “multiplicador del gasto” tal y como está planteado de manera teórica y, en el caso de España, no tendría mucha diferencia (teórica) con lo que podría ser el “multiplicador del consumo privado”. La diferencia, está en la estructura y el propósito. Un buen gasto público debe basarse, sobre todo, tanto en servicios como en la ayuda directa a las personas (o como pide la MMT, un Job guarantee). Proyectos más megalomanos, sobre todo dada nuestra estructura enérgética, pueden acabar potenciando aun más nuestro deficit exterior.

PD: Otras criticas al gasto publico se ofrecen desde el punto de vista productivo. Si la inversion pública la podría haber realizado el sector privado e introducimos el argumento de que éste es más productivo, por motivos de competencia. No lo comparto al 100% pero hay casos donde puede darse.
PD2: Sobre la inexistencia del efecto crowding out podeis leer este extensor artículo.
PD3: Ahora mismo la estructura de nuestro gasto público se basa en el gasto social, que van directamente al sector privado. Los gastos ministeriales y la inversión pública, han estado disminuyendo.
PD4: No dejen de leer esta entrada de NadaesGratis sobre el multiplicador.

Por Miguel Puente Ajovín. Caótica Economía.