¿Sabes hacer algo interesante, lo sabes hacer bien? una pregunta más…, ¿lo haces? Pues mira, con sinceridad, si sabes hacer algo y no lo haces, es como si no lo supieras hacer. Sea lo que sea. En la vida, no actuar es lo mismo que no saber. Si no pones en marcha tus conocimientos, tus ideas, tus osadías mentales, tus proyectos…, es lo mismo que si no los tuvieras. No sirve de nada tener muy buenos conocimientos o ideas, si después no los ponen en movimiento.
Lo malo de la inactividad es que se multiplica ella sóla. Lo mismo le sucede a su contraria, la actividad. Cuanta más pasividad le apliques a tus ideas o proyectos, más inactividad te estarás creando para que te rodee. Cuanto más intentes poner en funcionamiento tus ideas y decisiones de cambio, más aprenderás de ellas, más las pulimos y por ello más posibilidades de éxito tendrás.
Esto sirve tanto a nivel personal como a nivel de grupo o de equipo. Para ganar y estar en la excelencia del grupo o del conjunto de posibilidades, hay que ganar. Para ganar hay que ganar. Lo he repetido para dejarlo más claro todavía. Si entramos en la dinámica de perder, lo normal es seguir perdiendo. Si decidimos pararnos, frenar nuestras iniciativas, derrotarnos por algo, sin duda, nos estaremos derrotando por casi todo. Y sin duda también poner en funcionamiento la maquinaria de las decisiones es mucho más complejo si estás parado que si están al menos a una velocidad lenta pero mantenida.
No dejes de pensar, no dejes de actuar, modula tus decisiones al momento, pero nunca te rindas como para frenar totalmente la maquinaria de las decisiones ni personales ni de equipo. Hay que estar constantemente innovando y por ello tomando decisiones. Si te frenas será complicado volver a ponerse en marcha.