Estos son los escribas, los amantes de la cultura y del poder y que no querían ser militares. Los interventores pues intervienen, los que poseían los papeles y los conservaban enrollados para que nadie pudiera saber lo que dentro se escribía, los poseedores de los miedos del Universo y de las relaciones con los dioses y las estrellas. Adivinos, brujas, escribientes y contables, miradores del futuro, amigos del pasado, coleccionistas de sabiduría cuando de esta había menos. Los primeros servidores de aquel internet de papel y cuero, de sueños y estrellas. ¿Cuanta sabiduria y pensamiento de aquella sociedad se perdió en los siglos del desconcierto, donde no todo se podía guardar en la nube? ¿No son los primitivos periodistas actuales? ¿O acaso son los actuales brujos de la psicología y la sociología? ¿O por ende no serán los asesores de los políticos que siempre fallamos?