Las necesidades de las personas, de los consumidores, son siempre básicas, conocidas y están tasadas. La seguridad, el placer, la soledad, los deseos de mejora, el ocio, la salud y el deporte, la cultura asimétrica, son elementos que todas las personas abrazan como deseables de mejora.
Siempre estaríamos dispuestos a pagar por aquellas necesidades que nos mejoran la calidad de vida, si su precio es acorde con lo que se ofrece.
Mejor Servicio = Precio Admisible
Otro punto importante es diseñar nuevos productos o servicios que ayuden a varias personas a la vez, y sin duda a todas las personas posibles, con independencia de sus edades o tipo de formación. Productos o servicios que cubran huecos mal cubiertos y que sirvan para satisfacer a personas en concreto.
Pero no caigamos en el clásico error de sacar productos o servicios que ya estén saturados, y que no aportan nada que no sea un precio bajo. Es pan para hoy, simplemente.
Hoy es necesario crear productos sostenibles, que sean positivos para los consumidores, que produzcan felicidad en el corto plazo y nunca infelicidad en el largo.
El entorno soporta lo que ya tenemos, pero no asumirá nuevos productos y servicios que no traten estos aspectos de forma contundente. Los nuevos lanzamientos tienen que estar pensados con los criterios de consumo responsable que existen hoy en día.
Sobre todo si queremos que sobrevivan en el tiempo.