En realidad es un almacén de bibliotecas de muertos. Son libros viejos y una parte de sus escritores ya están muertos. Pero no me refería a estos muertos sino a los dueños de los libros.
—En cuanto se muera el abuelo, lo primero es tirar sus libros que ocupan mucho y hacen mariposas.
Y ahora los hijos vivos han encontrado una fórmula para que les paguen 20 céntimos por libro de papel del abuelo, y se haga hueco en la habitación del viejo muerto. Todo un chollo.
Yo compro libros en las librerías Re-Read y me llevo a casa libros de los muertos a un precio diez veces mayor del que reciben los nietos pero contento de lo que pago, y así logro que se jodan mis hijos.
Y por hacerles un favor a los viejos muertos. Ya que sus familias son capaces de vender por 20 céntimos sus libros, yo los compro para sacarlos del fuego.
Los hijos del muerto piensan que con 8 libros tochos se pueden tomar una caña de cerveza. Y se alegran por ello. Eso es porque no saben lo que cuesta construir un libro. Para una botella de vino de las normales pueden ser al cambio para los hijos que buscan hueco unos 25 libros.
Los hijos del muerto piensan que con 8 libros tochos se pueden tomar una caña de cerveza. Y se alegran por ello. Eso es porque no saben lo que cuesta construir un libro. Para una botella de vino de las normales pueden ser al cambio para los hijos que buscan hueco unos 25 libros.
El abuelo desde el cielo se parte de risa de lo tontos que son los hijos y los nietos.