Este es un clásico ejemplo de superación natural, de querer seguir vivo y lograrlo sin ayuda, solo con tu propio esfuerzo. Este árbol que goza de muy buena salud se encuentra en el barrio del ACTUR en Zaragoza, una zona muy poblada y moderna de las nuevas de esta gran ciudad. Hace un par de décadas este árbol se crujió por efectos naturales, creo que por el viento de una mala tarde…, y tuvo que ser cortado por donde podemos observar en la imagen para evitar peligros a los transeúntes. Pero no se retiró el tocón, se dejó allí como en muchos otros casos. El tocón quedó unido a sus raíces, a su tierra.
Poco a poco lo que quedaba de este árbol talado fue cogiendo fuerzas, creó chitos nuevos que fueron creciendo alrededor de lo que quedaba del tronco, rodeando el tocón hasta superarlo. Y algunos de estos brotes se hicieron fuertes, no fueron destruidos por nadie y hoy, unos "muchos" años después es un árbol nuevo de unos 4 metros de altura sin que casi nadie sepa de sus esfuerzos por seguir vivo.
Nos pueden cortar casi del todo, pero si queremos seguir vivos tenemos que sacar fuerzas del interior, en este caso de la tierra, de las raíces, pues todavía queda fuerza para seguir demostrando que sí, que se puede levantar el vuelo y alzarse contra los problemas, las tempestades. Somos mucho más fuertes de lo que nos creemos, y casi siempre dependemos de nosotros mismos.