En el mundo de la ilustración no siempre se ha trabajado para el humor gráfico, también para ilustrar libros de todo tipo, cuando la fotografía no era tan sencilla de obtener, cuando no había tantos fotógrafos profesionales ni un diseño gráfico actualizado y sobre todo informatizado.
Los dibujantes se ganaban sus sueldos trabajando para editoriales o para publicidad, dibujando escenas, productos o retocando al aerógrafo fotografías cuando no existían los programas actuales de retoque de imágenes.
Esta viñeta es la portada de un libro de cocina francesa del año 1930. Un simple dibujo con el título del libro servía para darle forma a su portada.