Sentirse invisible es un problema, aunque nos parezca positivo. Pero lo malo es cuando nos damos cuenta de que somos invisibles y no lo deseamos. Los únicos que nos vemos somos nosotros, para los demás no somos ni muebles de ornamento. Y entonces surgen las preguntas. ¿Qué pintamos allí? En realidad si nosotros nos vemos, es que existimos aunque para los demás no.
La viñeta es del genial Quino, el autor de Mafalda.