Sentirse felices va por barrios, por religiones, por edades, pero muchas veces no va por capacidad económica, por posesiones. La sensación de felicidad va ligada a situaciones concretas que se repiten en casi todos los países estudiados en el informe de la asociación WIN.
Así, la fe religiosa parece hacer felices a quienes la practican, pues los ateos y agnósticos muestran una 'felicidad neta' inferior (27%) a la de los creyentes. Católicos y protestantes (54% en ambos casos), seguidos de judíos (50%), musulmanes (42%) e hindúes (43%).
Más circunstancias que nos convierte en felices o no: desempleados (20%) y retirados (34%) están por debajo de la media con respecto a los que tienen trabajo. Y las personas de mediana edad (de entre 51 y 65 años) muestran una 'felicidad neta' inferior (33%) a la de los menores de 30 años (44%), y a la de los mayores de 65 (43%).
Por regiones del mundo, destaca de nuevo cómo la economía parece no influir tanto en la felicidad. África puntúa con un 66% y Latinoamérica un 63%; y América del Norte un 31% frente a Europa Occidental con 50%.