19.3.12

Por qué ha aumentado tanto el gasto público en España

No hace mucho hablábamos aquí de la evolución de los estímulos y el crecimiento durante la crisis económica para una gran parte de países de la UE. Hoy quiero centrarme algo más en la proporción del gasto público en sus diferentes partidas, centrándome en España que es lo que más nos importa a nosotros. El propósito de este pequeño análisis es ver cómo ha evolucionado el gasto público a la vez que atendemos a la  separación del mismo sobre su evolución cíclica y estructural. Siento decir que los datos van hasta el año 2010; cuando tengamos los del año 2011 haremos una entrada más exhaustiva.

De 2007 a 2010, el gasto público ha aumentado un 16,14% en España, un 12,2% en Alemania y poco más del 19% en Reino Unido o los Estados Unidos. En España, la caída abrupta en los ingresos públicos terminarán de perfilar un déficit que acabaría por sumirnos, junto al resto de países mediterráneos, en la llamada “crisis de deuda”, que terminaría por arrastrar a media Europa. Todos los datos los he sacado de la OECD. Pinchen en los gráficos para verlos algo mejor.
Como es obvio, el aumento del gasto público no es homogéneo en todas sus partidas. Por ello, desagregamos el gasto en base a su función, y calculamos el porcentaje que han representado en el aumento total. De esta forma, si el gasto total ha aumentado en 10, y el gasto en “A” ha aumentado en 5, podemos decir que el aumento en el gasto en “A” ha representado el 50% del aumento del gasto total.
Como vemos, la heterogeneidad es evidente. El 61% del aumento del gasto público en España (entre 2007 y 2010) es atribuible al gasto en protección social, que comprende el gasto en enfermedades, hogares para los desfavorecidos, programas de exclusión social y, sobre todo, el gasto por desempleo.
El aumento tan abrupto es fácilmente atribuible al aumento del paro. Podemos hacer una simple regresión que nos indica la relación en el corto plazo, obteniendo que un 1% más en la tasa de paro implica un aumento de 3.000 millones en el gasto por protección social. Si en 2012 aumenta el paro hasta el 23% (lo cual parecen decir todos las instituciones), tenemos ya un aumento del gasto público que deberemos comernos con patatas.
En segundo lugar nos encontramos (aunque muy por debajo) con el aumento que proviene de gastos en “Salud”, que incluye el gasto en medicamentos y equipamiento médico y si le sumamos “Educación”, suponen el 21% del aumento. Aunque es ilustrativo ver como ha evolucionado a partir de su tendencia. Si tenemos en cuenta que el gasto en Educación y Sanidad han aumentado con el tiempo (al igual que la partida anterior) como forma de aumentar el estado del bienestar y si comparamos la tendencia con el gasto finalmente acaecido, obtenemos que es casi un 8,3% menor. Es decir, el gasto ha aumentado, pero menos de lo que lo habría hecho si no estuviéramos en crisis. No podemos decir por tanto que el gasto público se haya salido de madre por aquí.

En tercer lugar, tenemos la rubrica de “General public services”, que incluye el gasto en los órganos institucionales, la ayuda al extranjero y los gastos relacionados con la deuda (no puedo asegurar que se refiera al pago de intereses, aunque no me extrañaría, todas las definiciones salen de Eurostat).
La evolución es pareja a la de las rubricas anteriores, ligero crecimiento por encima de la tendencia en 2009 y un descenso del 2% en el año 2010 sobre esta. Lo que tenemos es por tanto un aumento generalizado del gasto público que sin embargo muestra un descenso en su ritmo de expansión con respecto a etapas expansivas. La partida que sí que aumenta con respecto a la tendencia, lo cual es lógico, es la partida que cubre el desempleo, la variable más cíclica y que más ha azotado al país.
¿Y El plan E? Hemos oído muchas cosas sobre el plan E. Que si no ha servido para nada, que si fue un gasto inútil… No me malinterpreten, yo pienso como la gran mayoría. El Plan E fue un plan muy mal planteado y que, desde el principio, estaba llamado a ser una catástrofe. Pero como comentábamos en el artículo anterior, los estímulos y el gasto por infraestrcturas, aun aumentando, lo ha hecho en mucha menor medida que otros países. ¿Fue realmente el Plan E lo que acabo desbarajustando el gasto público? Aunque cubría muchos tipos de elementos, podemos fijarnos en el esfuerzo en “economic affairs”. En 2009, año en el que empezó el plan, el gasto local aumento en poco más del 20% mientras que el gasto del gobierno central y estatal bajó en un 2%. En suma no aumentó más del 3%. En realidad, como ya se defendió en su día, el Plan E no era más que la financiación central de proyectos locales, en gran medida no fue más que una transferencia entre niveles de gobierno. Para 2010 todos los niveles bajan el gasto. El siguiente gráfico muestra las tasas de crecimiento:

Llegados a este punto, el hecho de que el aumento del gasto público se debe, sobre todo, a consideraciones cíclicas me parece una obviedad. No solo eso, el gasto estructural incluso ha sido menor del que hubiéramos realizado en condiciones expansivas (siguiendo la tendencia), por lo que no podemos hablar de “derroche”.
El aumento del déficit es además un problema de ingresos, que también actúan de forma cíclica. Ahora bien, aun quedan dos balas en la recamara para los adalides de la austeridad estructural: "El gasto público es desproporcionado o no es financieramente viable". Podemos pensar que, si bien el problema es cíclico, este lo es por desajustes estructurales, a saber, que nuestro gasto público es muy grande y que financiarlo es muy complejo, lo cual en situaciones recesivas nos puede dar problemas.
Sin embargo, si atendemos al gasto sobre el PIB, una manera de ponderar si el gasto realizado es muy grande o pequeño, vemos que España está por debajo de la media, con un 45,6%, frente a una media europea del 50,6%, con los “grandes países” (Alemania, Francia, Suiza, Finlandia…) por encima. Aquí una tabla comparativa. Además, en condiciones normales, llegamos a alcanzar el superávit público varios años antes de que entráramos en crisis. Por lo que, ni es un gasto desproporcionado, ni es inviable.
¿Qué falla entonces en España?
Un mercado laboral que permite llegar a tasas de paro de más del 20% con todo el gasto social que eso conlleva (menos impuestos y recaudación y además más gastos públicos en protección), y unos ingresos muy volátiles, con un fraude fiscal y una economía sumergida que bate records. Todo lo que no sea modificar a fondo estas tres cosas, es puro aire. Fuente, nuestro blog: Caótica Economia