Hay una etapa muy importante en los estudios en los niños, y esa se circunscribe entre los 6 y los 14 años. La anterior, la que llamaríamos preescolar es una etapa de descubrir, tocar, ilusionarte, practicar con las manos y es fundamental en el desarrollo de la persona, pero la primera etapa escolar marca las ganas de estudiar y la motivación por el trabajo duro de estudiante, que posteriormente en una segunda etapa practicarás con arreglo a lo conseguido en esta primera etapa.
En estos años, desde los 6 a los 14 años, no es tan importante cuanto aprendes sino la calidad del aprendizaje, de la educación y formación recibida. La calidad de lo que se recibe es fundamental.
Con 8/9 años, una clase sobre la anatomía del sistema digestivo puede marcar la vida de un estudiante y sin darse cuenta nadie, dirigirlo hacia unos estudios superiores relacionados on los escuchado y visto. Es un ejemplo, pero la pasión del profesor en las materias hace que el estudiante las absorba de una forma o de otra.
En estos años no hay que aprenderse los Reyes Godos, sino aprender bien a leer, a escribir, a realizar cálculo entre ellos el mental, a saber utilizar la información y a saber buscarla, y tener una expresion oral y escrita que sea correcta y en aumento.
Es un conjunto de años que deben encaminar al alumno a preguntar, a consultar y saber buscar y a ir haciendo las cosas por sí mismo. Prohibido hacerles los trabajos de marquetería por parte de la familia, es un error.
Es un tiempo para irse formando profesionalmente, aunque no lo notemos. Y para ello hay que hablar con el profesor para adivinar levemente qué le gusta, qué le encaja mejor, qué debemos potenciar levemente. Nada es seguro a estas edades, pero se van viendo caminos.
Para esos alumnos la memoria es muy importante, y para eso hay que trabajarla. Comprender lo que se quiere memorizar es el mejor camino para hacerlos con éxito.
El orden de los apuntes, de los materiales, es fundamental, pero hay que recordar que no existe una sola manera de tener orden y de que lo importante no es que estéticamente haya orden, sino de que ese orden sirva para que siempre se encuentre lo que se busca.
Recordemos recordar que hay tres columnas primordiales. El cálculo, la lectura y la escritura. Hay que ir aumentando la velocidad en estas materias, pues con los años se debe exigir la perfección pero también el aumento de la velocidad y la comprensión.
Son años imprescindibles para el segundo idioma, aprendido con normalidad, como un complemente imprescindible y que debe formar parte de nuestra vida. Lecturas, vídeos o películas en la televisión, charlas con amigos, reuniones temáticas para hablar y escuchar. Hay que potenciar ese segundo idioma de forma natural.
Si en los estudios las cosas no van como deberían, incluso como los padres pensamos que deberían ir, hay que hablar con los profesores más y adivinar los problemas.
Fuera del colegio NO se deberían hacer excesivas tareas, e incluso lo mejor es que estas fueran muy pocas en la programación añadida de la escuela. Hay que jugar, relacionarse con amigos, hacer deporte, hacer lo que al chaval le gusta. Todas estas actividades son complemente perfectos para los estudios y sobre todo para el desarrollo mental y práctico de la persona.
Estudiar debe ser algo bonito y útil. Si no se es feliz estudiando nunca gustará y por ello nunca se lograrán los objetivos necesarios. Los alumnos son personas, ¿obvio verdad? Y tú como adulto… ¿le dedicarías con esfuerzo ocho horas todos los días a una actividad que no te gustara, que te cabreara, que no te resultara positiva según tu punto de vista? Ya sé que a veces tu trabajo es así, pero si lo es, no resulta provechoso para tí y posiblemente ni para tu empresa. La motivación es fundamental para lograr el éxito.