El líder de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) en Grecia, Alexis Tsipras, ha presentado este viernes su programa electoral económico para las elecciones del próximo 17 de junio asegurando que mantendrá bajo control estatal las empresas de sectores estratégicos, algo lógico. Nacionalizará bancos y congelará los recortes de salarios y pensiones impuestos por los prestamistas a cambio del rescate internacional. Para compensar los gastos de dicho "ajuste", Tsipras plantea altas subidas de impuestos a "ricos y rentas altas". No se cumplirá el tratado de austeridad ya pactado con la UE pues lleva al desastre a Grecia, ha asegurado. Bajará el IVA sobre todo en productos de alimentos y primera necesidad y nacionalizará los bancos que han necesitado ayuda estatal.
Sin incumple el ajuste aprobado por la UE para Grecia, esta se quedará sin financiación internacional, algo especialmente critico para un país sin apenas liquidez. Y aunque el líder de Syriza, Alexis Tsipras, se muestra a favor del euro pero en contra de los ajustes impuestos, combinar ambos es imposible tal y como han advertido los líderes europeos. Es decir, Grecia tendrá que salir del euro.
Con Grecia fuera del euro, todo se abre, todo queda en entredicho, todo es posible. Incluso es fácil adivinar que Grecia se dedicará a imprimir dinero como cosacos para tener liquidez interna, aunque sea una moneda casi sin valor internacional. Esto supondrá un gran problema social para Europa, que verá como crece un conflicto en sus entrañas al no poder comprar los griegos nada que no sea producido por ellos o a unos precios prohibitivos o bien observará como un país es capaz de resolver sus problemas sin la ayuda de la UE.
Europa necesita con urgencia soluciones ante la crisis que se ha vuelto muy grave con la caída de España, tras el tozolón de Bankia. Nada es ya igual en España, tras estas dos semanas de graves tropiezos de todo tipo. Y España es mucho más que Grecia para poderlo tragar Europa sin ponerse a temblar.