El diario ABC entrevista al filósofo Javier Sádaba que para los muchos que ya no saben bien quien es, además de un ochentón joven fue el filósofo de la Transición, una de las mentes que nos ofrecía ideas diferentes para intentar entender lo complejo de aquellos tiempos. Veamos algunas preguntas y respuestas de esa entrevista.:
XL. ¿El enamoramiento es fundamental para la felicidad?
J.S. El amor es necesario en la vida; yo distingo entre vida y felicidad. El enamoramiento está lleno de placeres y de sufrimiento. Todo lo importante tiene las dos caras: te exalta, te sublimas... y te puedes pegar una torta tremenda. Las emociones se alborotan y pueden ser tremendamente bruscas, impertinentes e inoportunas.
XL. Le interesa mucho el amor.
J.S. Me importa mucho el amor a la humanidad. También está el amor a los amigos. Hasta que he conocido a Ana yo decía, igual que Aristóteles, que lo más importante en la vida son los amigos. Ahora no, ahora Ana está por encima de cualquier amigo. Ha sido inesperado, como un regalo de los dioses.
XL. Hay etapas en el amor.
J.S. Está el amor pasión o amor de enamorados, que le tiemblan a uno las piernas; el amor, como diría Spinoza, titilatio animi, 'cosquilleo del alma'. Yo ahí distinguiría muchas etapas. Una es el fogonazo: yo no lo he tenido ese, pero por lo que deduzco es como el Dios de la Biblia, te roba. Pero si pasa cierto tiempo se desvanece la nebulosa, entonces lo dejas o sigues. Para mí, ese es el amor trenzado, donde conoces a la otra persona, intercambias, te unes, ves que hay problemas técnicos, que hay que cultivarlo todos los días. Como decía Stendhal, «el amor es una flor que crece junto al abismo»; una vez que estás en esa senda de amor fuerte, tienes que cultivarlo.
XL. ¿Qué es la vida buena?
J.S. Consiste, por una parte, en tener todos los placeres que te pueden dar la naturaleza y la sociedad: el vino, la buena mesa, la música, la amistad… Todos los placeres posibles siempre y cuando no hagas daño a terceros, eso siempre por delante. Y después otro aspecto que es enormemente humano y que para mí lo hace el núcleo de la moral: la satisfacción de conciencia por hacer aquello que crees que tienes que hacer. Cuando cubres las dos cosas, los placeres y aquello que tú tienes que hacer, entonces uno es feliz.
XL. Se escribe mucho sobre la felicidad.
J.S. La de bobadas que se pueden oír decir sobre ella. Están vendiendo cantidad de comidas de coco con la palabra 'felicidad'. La etimología es interesante. En el indoeuropeo hay el morfema 'fe', y esa 'fe' es fecundidad, femenino... y siempre es crecer. Las etimologías no dan el significado, pero lo apuntan. La felicidad tiene que ser crecer. Y sobre su significado la definición que yo defiendo es la que he dicho que conjuga los gozos y placeres, intelectuales y materiales, y conciencia satisfecha. Y añado que esa conciencia satisfecha sea universal, que lo que vale para mí valga para todos. Yo tengo un ideal de vida buena, no todo el mundo lo tiene, trataré de convencerlos.