Hay auténticos profesionales de la auto postergación, ese arte complejo de dejar para mañana (o para nunca) lo que tú mismo te han asignado para hacer en el hoy.
Tú sabes y admites que hoy tienen una serie de cosas por hacer, lo asumes, lo admites, lo dices, lo reconoces. Pero en cambio se quedan sin hacer, aunque te hayas dicho mil veces que hoy sin falta lo haces, por fin, de una vez por todas.
Realmente te estás engañando, te dices hasta convencerte que no importa, que lo puedes postergar, lo puedes dejar para mañana sin problemas. Pero ese mañana nunca llega.
Te estás diciendo que quieres vivir y hacer una cosa, y luego tras engañarte, vives de otra manera. Nunca terminas las cosas que empiezas, te dan miedo, temor, sensación de vacío, de final, y por ello nunca las terminas.
Hay grados de postergación, no en todas la personas es de igual importancia el autoengaño, pero ay que combatirlo siempre, pues lo normal es que nos agarrote y nos impida actuar al final. Somos capaces de buscar mil escusas, convencernos de que no tenemos tiempo para hacerlo, incluso de sobe valorar lo que haceos para demostrarnos a nosotros mismos y sobre todo a los demás que estamos siempre muy atareados, que realizamos lo contrario de lo que realmente hacemos.
No digas lo que haces. Simplemente hazlo.