La soledad es ese punto interesante de calidad de vida si es elegida o un gran drama si te viene impuesta por diversos factores en el que la edad es el principal. Aproximadamente algo más del 10% de los españoles viven solos en más de 4,7 millones de hogares. Un número de vecinos nuestros que va en aumento por los nuevos tipos de familia y por el aumento de la longevidad. ¿Qué podemos hacer para mitigar los efectos negativos de la soledad?
Todos necesitamos hablar, interactuar con otras personas, pero en cambio hay personas, sobre todo de edad avanzada, que no pude hablar con nadie. Están perfectamente detectables y no hay una solución fácil ni que sirva para todos. Personas que acuden muchas más veces que la media de su edad a las consultas del médico, personas que no pueden salir de sus casas por la falta de autonomía y ascensor, personas que se quedan “atascadas” en los comercios de barrio hablando o escuchando, etc. Personas que nos están diciendo claramente que necesitan compañía.
Existen los Centros de Convivencia para Personas Mayores, no siempre utilizados por los que deberían. Pero los diseños de nuestros barrios no facilitan los contactos. El último invento de bancos unipersonales para evitar que duermas personas sin hogar es una forma de evitar la cercanía entre personas. Ya no se va a la iglesia como antes para hablar con el cura, ahora se acude a la consulta del médico de familia para lo mismo. Ser escuchado.
No existe una red básica simplemente de escucha. Puede ser presencial o no, aunque es mejor presencial. Pero al menos que exista una manera de hablar, de escuchar a la persona mayor sus dudas y problemas. Más espacios para compartir, para estar y sentirse vivos, para hablar y tocar mascotas o zonas de recreo o diálogo.
A veces una mascota ayuda y mucho y no siempre tiene que ser un perro o gato que requieren una atención más dedicada. Se perdieron los pájaros en jaula por el sufrimiento que ello parecía tener para los animales. Pero existen muy diversos tipos de jaulas. Como existen acuarios de agua dulce o tortugas que requieren muy poco atención y sirve para que una persona mayor esté pendiente de “algo”.
Internet puede ser una buena terapia para intentar no caer en una depresión por aislamiento personal. Deberían existir más redes sociales de personas mayores, más grupos o foros auspiciados por personas con las mismas necesidades. Que sirvieran para hablar, para escuchar y leer, para compartir, para quedar y salir a la calle, para reunirse en un bar, para ayudarse de forma voluntaria, para hacer ejercicio de forma compartida.