Ya lo sé, lo sabemos todos. La frase de la imagen anterior la has leído, te la han dicho mil veces mil. ¿Y?
No hacemos caso.
Sal un momento, deja de leer y vuela.
Quiérete. Del todo.
Ámate y sobre todo tócate o haz que te toquen.
Necesitamos que nos toquen, sobre todo, tras dos años en los que parece peligroso tocarse, casi pecado mortal o como poco vírico y contagioso de los malos.
Tocarse nos puede dar fiebre. pero no de la que se mide con el termómetro, sino de la que necesitamos para sentirnos vivos.
Hay que saborear cada momento, pues cada uno de ellos es único. Se pierde, vuela, se escapa.
¡Anda!…, haz una locura…, te la mereces.