En una semana de mayo de 2012 en la que la prima de riesgo ha vuelto a subir y batir records históricos, el proceso que sufre Bankia produce una caída continuada en la bolsa y el miedo sobre un proceso Griego que no acabe de estabilizarse acabe por tirar por la borda el euro, España (el INE), publica los datos trimestrales sobre la evolución de la economía en este primer cuarto del año 2012, duro, que nos va a tocar soportar.
Como siempre, voy a intentar hacer un repaso gráfico y analítico de las partidas más importantes, para poder situarnos económicamente. Recuerden que ahora mismo estamos en la mitad del segundo trimestre, y que estos datos no recogen aun el ajuste y las reformas en su totalidad que, desde la entrada del nuevo gobierno, se han ido realizando (les recuerdos que para ver mejor los gráficos pueden pinchar en ellos).
CONTEXTO INTERNACIONAL
Antes de ponernos a elucubrar sobre la evolución española, debemos fijarnos el contexto internacional en el que nos encontramos. Una Europa de capa caída en donde todos los países, en mayor o menor medida, han visto caer sus tasas de crecimiento interanual. La inestabilidad económica en ciernes fue anunciada a mediados del año pasado, y se ha visto realizada numéricamente con la inclusión de los, ya varios, países en zona recesiva, entre ellos, Reino Unido, Holanda, Italia, Grecia, Portugal o España. Los procesos de ajuste en un contexto de ahorro generalizado, sin una vía de escape (sector exterior) capaz de absorber todo lo que la economía interna deja atrás, implica una reducción en la producción, y un aumento del desempleo, que en la eurozona alcanza ya el 10,9% (marzo).
La Europa a dos velocidades de la que hablábamos el año pasado ha pasado a ser una Europa en dos sentidos (hacia delante y hacía atrás). De hecho, el conjunto de la eurozona de los 17 ha crecido a una tasa del 0% (tanto intertrimestral como interanualmente), bajando desde un 1,3 y un 0,7 del tercer y cuarto trimestre de 2011.
Allende nuestras fronteras, el contexto internacional es algo más benévolo, con unos Estados Unidos que empiezan a despegar, aunque todavía no de una forma estable y segura, y China, que crece al 8,1% (aunque bajando desde crecimientos a dos cifras de años previos).
EVOLUCIÓN DEL PIB
Pasando a observar la evolución de España, debemos fijarnos primero en la evolución general de la producción total, a precios constantes y corregidos de estacionalidad y calendario.
El nivel de producción baja hasta alcanzar niveles parecidos a los de finales de 2010. El crecimiento intertrimestral baja en un 0,3%, y el interanual desciende en un 0,4% que contrasta con el 0,3% que obtuvimos en positivo el trimestre anterior. La tónica, por tanto, es de un descenso aun taimado, pero que va en línea con la tendencia decreciente de este “doublé-dip” que ha terminado por sumirnos de nuevo en una recesión (tras dos trimestres seguidos en negativo). Veamos ahora porqué hemos pegado este pequeño bajón. A partir de ahora, usaré las tasas de incremento interanual para una medida más homogénea.
DEMANDA INTERNA Y EXTERNA
Primero debemos descomponer el crecimiento por la demanda que ha mantenido el sistema interior, y aquella que nos ha venido del exterior. Tras el repunte, que no fue más que un espejismo, de 2010, las tendencias de una y otra parte se han ido distanciando. La demanda interna ha seguido bajando, llegando a un -3,2%, y el sector externo ha ido escalando en un intento de mantener la actividad productiva, aunque este ultimo trimestre ha aumentado un poco menos que el anterior, en un 2,8%. De nuevo, es este la única partida que nos parece dejar respirar un poco.
Aunque la tendencia de nuestro sector exportador ha mejorado a marchas forzadas, con unos precios que aumentan en menor nivel que la media europea (1,9% frente a 2,7%), y una renta que aun no termina de despegar, se incentiva la caída de las importaciones (llevamos dos trimestres seguidos reduciéndolas). El problema es que nuestra capacidad exportadora también va a la baja, pues, aunque crezca, cada vez lo hace en menor medida. Esto es así porque el resto de países europeos, (la gran mayoría de nuestros compañeros comerciales) están también intentando reducir sus importaciones y, por ende, nuestras exportaciones. El trimestre anterior conseguimos, por primera vez, exportar netamente en términos brutos, 900 millones de euros. Este trimestre hemos bajado a 650 millones. Como he dicho en muchas ocasiones, este perfil exterior solo nos permitirá mantener un crecimiento positivo a través de bajadas continuadas en las importaciones, pero si están basadas en detrimentos en la renta, la bajada en el consumo terminará minando la economía interna más de lo que mejorará la externa. Y si eso lo reiteran el resto de países, la evolución conjunta no puede ser muy agorera. Esto explica en parte el contexto internacional. Pasemos ahora a ver la evolución de la demanda interna.
CONSUMO
La tasa de variación se estanca en el -1,8%, lo cual quiere decir que nuestro consumo ha seguido bajando, aunque la tendencia de los dos componentes principales, sector privado y público, han sido totalmente dispares.
El consumo privado cae un 0,6%, fomentado por la caída continuada del empleo (-3,8%) y la caída generalizada de las remuneraciones al trabajador, (que aceleran su caída y llegan al -3,2%). Sí que aumenta, en cambio, el excedente bruto de explotación, como viene haciendo desde 2010 (de hecho lo hace a menor ritmo). Habría que ver también cuanto ha aumentado la propensión al ahorro, necesaria para pagar una abultada deuda privada que sigue azotando nuestro sistema económico. Según comenta el INE, el pequeño repunte en el consumo se centra positivamente en bienes duraderos o semiduraderos.
Las Administraciones públicas en cambio mantienen una tendencia mucho más a la baja, con una caída del 5,2% que muestran claramente el perfil de austeridad que se han autoimpuesto, como medida de mantener a rajatabla las arcas públicas. Se enmarca en una caída del 13% en las compras de bienes y servicios y un 1% la remuneración.
INVERSIÓN
La construcción sigue estancada en torno al 10%, y pese al repunte de trimestres anteriores, vuelve a caer a la senda a la que pertenece. Un sector incapaz de levantar el vuelo, signo de una burbuja que nos ha dejado viviendas para muchos de los años venideros y unas infraestructuras en muchos casos innecesarias. Pasará mucho tiempo antes de que el sector vuelva a ser necesario para el crecimiento de la economía, y de nuevo, deberíamos seguir buscando otro “santo grial” del crecimiento para un país que lleva ya cuatro años sin apostar por nada que no sea la caída hacía el abismo. Los bienes de equipo, la apuesta presente por el crecimiento futuro, sigue intensificando su caída (-5,9%), tirando hacía abajo de nuevo al conjunto del sector inversor a un -8,2%.
Poco importan los tipos de interés bajos y una política monetaria laxa si el dinero no acaba llegando al sistema económico, y si este no encuentra verdaderas opciones de negocio que hagan rentable una inversión actual. Las perspectivas de crecimiento, en un entorno en el que todos los sectores necesitan ahorrar para pagar la deuda privada y pública (balance sheet recesión), no son nada halagüeñas.
PRODUCCIÓN POR SECTORES
La construcción vuelve a ser la protagonista y única en la caída, algo normal y a lo que debemos ya estar acostumbrados. La agricultura es el único sector que repunta como un sector cada vez más creciente (5,6%) pero, en un sistema económico ya avanzado, este sector representa un peso cada vez pequeño (2,5%), con lo que su impacto es nimio. El sector servicios y la industria aumentan (1,7% y 0,8% respectivamente), pero en menor medida que el trimestre anterior, denotando esta tónica de retrocesos generalizados, que podemos ver también en los índices de producción y negocios que salen mensualmente.
En cuanto a servicios, parece que va cambiando el patrón de consumo, de forma que mientras caen las actividades relacionadas con el turismo y la construcción, aumentan las TIC (relacionadas a su vez con el aumento del consumo duradero).
ENTONCES, ¿CÓMO ESTAMOS?
Las cuentas de este mes no han traído ninguna curiosidad, al menos a simple vista. Caídas generalizadas en los tres sectores de la economía, privado, con un consumo que no puede repuntar, y un sector incapaz de invertir a futuro, público, con una administración ahogada que necesita bajar sus consumos para subsistir, y exterior, que aunque positivo, se basa en la mayor caída de nuestras importaciones sobre las del resto, trayectoria cuya estabilidad no ha durado mucho y ha terminado por sumir al conjunto europeo en retroceso.
Bajo la superficie nos encontramos sectores en caída libre (construcción), y algunos que capean el temporal (TIC), mantenidos por un consumo cada vez más orientado hacia ellas, y que pueden (esperemos) ir perfilando un futuro sistema productivo más orientado hacía las tecnologías de la información y la comunicación.
La caída del empleo siguió agudizándose, y al centrarse en sectores y puestos menos productivos, elevan la productividad media por hora trabajada un 3,1%.El futuro sigue siendo incierto, con muchas variables, financieras y políticas, en el tintero, sobre todo por una Europa que incrementa la sensibilidad de las decisiones tomadas por países cercanos como pueda ser Grecia.
Espero que haya sido informativo. Hasta el trimestre que viene.