Todos estamos convencidos de que España solo podrá salir de la crisis ampliado su I+D, cambiando nuestro sistema productivo hacia fórmulas con más I+D+i, con más valor añadido en lo que seamos capaces de crear y vender nuevas producciones competitivas.
Entre los más de tres nuevos millones de desempleados, la inmensa mayoría son personas sin una formación suficiente como para tirar de una economía con más valor nuevo en investigación y desarrollo. Es un dato contrastado, sean jóvenes o adultos e incluso personas de edad avanzada.
Pero a la vez los jóvenes que terminan sus carreras universitarias o sus FP de Grado Superior los condenamos a la nada, cerrando las veces a la investigación, cerrando laboratorios de todo tipo, cortando presupuestos en educación o a las Universidades. Es imposible salir así de la crisis. Si se impide crecer en más I+D es imposible cambiar nuestro sistema productivo. Si obligamos a nuestros jóvenes más preparados a tener que emigrar España se empobrece, aun a costa de haber invertido de media más de 5.000 euros por curso y alumno en darles una formación que luego son otros países los que aprovechan.
Hay que incluir en estas críticas a las empresas privadas de tamaño medio y grande, que tampoco apuestan como deben por la I+D y por ayudar a las Universidades a crear más departamentos de investigación. Hay que ampliar los acuerdos con las empresas que pueden invertir en departamentos de investigación y abrir los acuerdos a relaciones más participativas entre las partes.
España necesita que la actividad en educación, formación, Universidades, no decaiga ningún punto. Es nuestra supervivencia como país de cara al futuro. Y para ellos todos debemos tener como objetivo crecer y emprender nuevas actividades con más formación.