Hablaba hoy en una reunión con una persona desempleado mayor de 50 años, sobre las diferencias que hay entre presentar el currículo en mano o mandarlo por email. Dos métodos bien distintos, con objetivos diferentes para que los entrega pero que en la práctica son muy parecidos en cuanto a eficacia.
Es cierto que al entregarlos en mano, si somos bien atendidos, nos permite explicar algo más nuestra posición, nuestra experiencia en el sector y se sale como más atendido y con la autoestima más alta. Pero lo cierto es que la situación actual es de total apatía en el mercado laboral y así es muy complicado lograr éxito.
Si el currículo lo entregamos a puerta fría, es decir sin que exista una demanda clara por parte de la empresa, los resultados serán siempre flojos y los mismos empleemos la entrega en mano o por email. Otra situación bien diferente es que sea una entrega por demanda en donde además debamos explicar si nos dejan alguna característica no bien representada en el currículo, por defecto o exceso.
Pero en todos los casos hay que tener en cuanta algo básico. Y no es por defraudar posibilidades, pues alguien las alcanza. Entre todos los procesos de selección, hoy, hay un exceso de candidatos.; tantos que se tiene que emplear algún método de filtrado ajeno al del seleccionador profesional. Y que al final de todo proceso, solo el mejor de los 100, 200 o 2.500 candidatos será el contratado.
Sin decaer, hay que ir buscando otras posibilidades laborales, siendo el autoempleo, la nueva microempresa, las cooperativas, una alternativa muy válida. Si no se genera empleo por parte de las empresa, tal vez sea la hora de generar nuestras propias microempresas que nos generen el empleo que necesitamos.