Un problema añadido a la pandemia del COVID-19 es que ha creado muchas heridas laterales en la sociedad, en el sistema de Salud de España y por ello también de Aragón. Uno de los problemas y hay varios, ha sido la pérdida de atención especial que se tenía con los enfermos crónicos.
Diabetes, insuficiencias cardíacas, EPOC, problemas de salud mental, han sido los grandes perjudicados de un proceso tremendamente largo, más de dos años, en los que al principio parecía que estaba en juego incluso la propia superviviencia de una parte de la sociedad.
Ha pasado ya mucho tiempo y con urgencia hay que volver a esos controles en Atención Primaria que eran imprescindibles para mantener la salud, pero también para evitar urgencias médicas. Pero hay varias cosas que hemos aprendido también.
Por ejemplo una de las más concluyentes es que en Atención Primaria NO TODO debe saturar a los médicos.
Que por una parte la Sanidad se compone de médicos pero también de personas de enfermería. Y por otra parte hay que educar mucho mejor a la sociedad para que nosotros mismos detectemos qué debe ir al médico, y qué es un trastorno menor o una necesidad administrativa que podemos tratarnos nosotros mismos o buscando otros mecanismos sencillos de solución.
Al médico hay que quitarle ese trabajo que NO DEBE HACER para que se dedique a realizar con prioridad su trabajo, que es diagnosticar y poner tratamiento.
No podemos dedicar tiempos de un médico cuando nos faltan los necesarios, a realizar tareas administrativas que pueden hacer personas con amplios conocimientos administrativos o de gestión de documentos.
Julio Puente - Miembro del Consejo de Salud de Aragón