7.6.22

La importancia del médico de familia, que cura solo con su presencia

Nuestro médico de familia, el médico de Atención Temprana, es mucho más que un médico profesional, tiene que ser también nuestro consejero en temas de salud. 

Sobre todo en España donde la calidad de la Sanidad Pública es buena y tenemos que aprovecharnos de esa calidad diferente a la de otros países. Sigue siendo buena aunque la estemos castigando entre todos desde hace unos años.

Para muchos ciudadanos es además el "confesor de sus problemas" más cercano, y sin duda alguien a quien acudimos en busca de libertad para tí a costa de que nos arregle nuestro cuerpo como poco. 

Una enfermedad no es mucho más que la pérdida de la libertad más primitiva. El ser humanos a diferencia del animal sabe quejarse con expresiones claras y además ha aprendido a que nos escuchen y a que se ponga la química a nuestro servicio.

Ellos, los médicos de AP, se quejan de sus duros trabajos porque nosotros, los consumidores no hemos tenido arrestos de quejarnos antes. Nos debería dar un poco de vergüenza la forma en que hemos dejado entre todos que la Sanidad Pública en España vaya perdiendo calidad asistencial primaria.

Que en cinco minutos de media te atiendan como paciente en una salvajada. Teniendo en cuenta que algunos enfermos necesitan diez minutos, con otros deberán terminar en dos o alargar sus jornadas de trabajo. 

Menos del tiempo necesario para imprimir un par de recetas o rellenar la pantalla de nuestra historia clínica.

Es imposible que ningún profesional en tan poco tiempo pueda diagnosticar nada con un acierto respetable. Pongámonos en su lugar. Es imposible hacerlo bien siempre.

A veces tengo la mala idea (absurda) de plantear que se ponga justo a la puerta de uno de los médico de familia un ordenador encendido, dispuesto a que nos resuelva los problemas. Hay pacientes que acuden a Internet a preguntarles muchas cosas de Salud. 

Se le dicen a la máquina los síntomas: dolor de cabeza, fiebre, "mal cuerpo", cansancio, pis oscuro, pas claro, en fin esas cositas que decimos al médico…, y que nos responda la máquina si merece la pena esperar al doctor o si ella misma nos puede recetar una química de sobre. 

Puede que acierte en muchos casos, pero lo malo es que no podremos hablar con un ser humano ni mirarle a los ojos. Nos faltará el contacto humano con alguien al que conocemos, y que a veces esa visita con una persona cura mucho más que los sobrecitos caros de polvos.

Pero si nos paramos a pensar, no es mucho más el tiempo la atención tasada que nos puede prestar el médico, comparada con la que nosotros hemos dedicado a teclear nuestros síntomas. Jopetas.

Por cierto hay otros sistema de posible mejora; vamos a dar posibles soluciones. 

Contratar más médicos podría ser la más sencilla pero no hay tantos, no existe un cajón donde podemos coger médicos, pero si tal vez dar más potestad a las enfermeras tituladas para que ciertas enfermedades crónicas o bajas laborales de tiempo determinado las atiendan ellas que saben más que suficiente para ciertos temas. 

Y sobre todo prevenir, trabajar mucho más la prevención de la salud y dotar de alguna nueva función a las farmacias. Esto último es lo más complejo de todo, pero cuando hay saturación, hay que buscar soluciones para los temas más fáciles y sencillos.

Julio Puente - Miembro del Consejo de Salud de Aragón